miércoles, 22 de febrero de 2012

Reflexión Miércoles 22 de Febrero


LO QUE MÁS IMPORTA!

                                                                       LEER JUECES 6:1-7:25

La situación que el pueblo de Israel estaba atravesando iba empeorando cada vez más, los Madianitas dominaban al pueblo de Israel y los maltrataban hasta quitarles todo lo que tenían. Mantenían a los israelitas en un estado constante de miedo y de opresión.

Cada vez que los israelitas tenían algo sembrado, venían los madianitas, los amalecitas y la gente del este, y los atacaban; acampaban en los territorios de los israelitas y destruían sus cosechas, y además se llevaban sus ovejas, sus bueyes y sus burros. No les dejaban nada que comer... todo lo destruían y hacían sufrir mucho a los  israelitas. (JUECES 6:3, 4 TLA)
Y es que el pueblo de Israel se había olvidado del Dios verdadero. 
Esto era lo que los israelitas tenían que vivir casi a diario. El entorno que rodeaba a Gedeón era de total desesperanza, tristeza y sufrimiento.

En medio de ese ambiente Dios tiene misericordia de su pueblo y elige a este hombre para liberar a los suyos de la mano de los Madianitas. 


Ahí es donde comienza el llamado de Dios para la vida de Gedeón, un hombre que dentro de su familia no era muy reconocido y menos dentro del pueblo.
Gedeón era parte de una de las familias más pobres de la tribu de Manasés (una de las doce tribus que conformaban el pueblo de Israel) y como la Biblia lo dice él era el menos importante de su familia.  
Y esa fue la principal excusa que Gedeón le puso a Dios cuando lo llamó. Pero para Dios no era simplemente el hermano menor de la familia. Para Dios era un hombre valiente y esforzado. (Jue. 6:12)

Gedeón antes del llamado de Dios miraba a su pueblo ser maltratado y miraba como los madianitas se aprovechaban de ellos, le parecía tan complicado lo que vivían que le costaba creer que las cosas podían cambiar. Al punto que cuando Dios lo llama, Gedeón no creyera Dios podía llamar a alguien como él. 
Gedeón no dudaba de que fuera Dios quien lo estaba llamando ni que esa fuera la voluntad de Dios, Gedeón luchaba con la duda de creer que Dios podía de alguna manera salvar a su pueblo a través de él. 
No podía creer que el pueblo lo fuera a escuchar, que lo reconocieran como el instrumento de Dios para llevar libertad a los suyos y menos cuando el ambiente en que vivía decía lo contrario. Pero en ese momento, atravesando tantos problemas y desesperación, Gedeón encuentra su fuerza, Dios le dice Gedeón no temas yo he venido a darte paz. Dios se le revela a Gedeón como su paz. En ese momento Gedeón levanta un altar a Dios y empieza a creer que Jehová de los ejércitos llevará paz a su pueblo y le llama Jehová-salom. (Dios es paz)

Si alguna vez tu excusa ante el llamado de Dios fue que tu vida era muy complicada o que el ambiente que te rodea es un desastre, es tiempo de ver que Dios puede usar esa situación para demostrarte que él puede cambiarlo todo.
Lo más increíble que en una situación de caos, de que nada salía bien, por el pecado del pueblo y todo era preocupación, Dios se revele a nosotros en su palabra como Jehová-salom. Donde nos esta diciendo yo voy a darles paz, y no solo eso, Dios les dice Yo soy paz, donde quiera que estés yo soy tu paz. 

Gedeón después de ser un hombre que para el mundo no tenía gran importancia, llegó a ser quien guiara como un gran líder a su pueblo a la victoria.
Y no vamos a negar que al principio a Gedeón le faltó fe al pedirle a Dios una señal para creer de que Dios podía usarlo, pero tiempo después solo podemos ver como Dios había obrado en su vida porque su fe había crecido...
Dios le dijo entonces a Gedeón: «Con estos trescientos soldados voy a salvarlos y les daré la victoria sobre los madianitas. Todos los demás, pueden irse a su casa». (JUECES 7:7 TLA)
Gedeón terminó yendo a la guerra con 300 hombres, para pelear contra miles, simplemente porque Jehová se lo había dicho, lo harías Tú?? Si tu respuesta es no, es tiempo que comiences a creer en aquel que te llamó, es tiempo que empieces a dejar crecer tu fe.
Porque al final es Dios quien pelea la batalla por ti! Él es quien te da la victoria!


Que las personas que te rodean, o las circunstancias en que vives no sean una excusa para no aceptar el llamado de Dios. 
Dios no busca personas con sus vidas resueltas, no busca personas sin problemas, Él quiere cambiarlo, quiere que su nombre Jehová-shalom se vuelva realidad en tu vida.
No importa de adonde hayas venido o lo pequeño que te puedan ver, porque lo que más importa es quien te ha elegido y lo que Él quiere hacer en tu vida.


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