viernes, 30 de noviembre de 2012

Reflexión viernes 30 de noviembre


CONFÍA EN ÉL

Leer Salmo 37

No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. 2Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán. 3Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. 4Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. 5Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. (Salmo 37:1-5)

Este salmo es uno de mis favoritos y tiene versículos muy conocidos. Fue escrito por David, quien a lo largo de su vida pudo comprobar en reiteradas ocasiones como se cumplían los principios de Dios si él esperaba. Me gusta como los pone por escrito en segunda persona dirigiéndose al que lo lea, como una enseñanza o una lección, o hasta un llamado de esperanza…

Primero, David nos llama a no desesperarnos si vemos que a los malos les va bien. Eso puede ser frustrante porque puede pasar que tal vez el compañero que no hizo la tarea pero la bajó de internet o copió en el examen saca mejor nota, o el colega que lleva cuentas fraudulentas le dan una promoción. Pero, como la hierba verde se sacarán. No te impacientes por ellos, en su lugar, mejor:
  • Confía en Jehová, haz el bien

En todo momento, aún cuando parezca lo tonto debes hacer el bien porque al hacer lo correcto estás confiando en Dios, en que Él tiene la última palabra, en que Él va a honrar tu fidelidad. Dios siempre bendice la obediencia.
  • Deléitate en Jehová

¿Cuál es tu anhelo más grande? Obtener eso te haría tan feliz, pero Dios nos llama a llegar al punto cuando Él es más grande que cualquier deseo o sueño, donde Él se vuelve la razón de nuestro gozo.

En las últimas semanas tuve que tomar una decisión importante de donde iba a hacer la práctica de mi carrera. Me surgió una excelente oportunidad pero no me sentía cómodo con la empresa y como podría afectar mi testimonio así que se lo entregué a Dios, me costó, pero confié en Él y ahora me abrió las puertas en un lugar mejor que el que consideré originalmente. La primera oportunidad me habría hecho feliz, pero haber confiado en Dios y tomar la decisión correcta me dio gozo y ahora Dios concedió la petición de mi corazón, mejor de lo que yo esperaba.

Si tenés que tomar una decisión, pequeña o grande, o tenés que hacer algo, entregáselo a Dios porque el promete:
  • Encomienda a Jehová tu camino, confía en Él y Él hará.

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