viernes, 23 de noviembre de 2012

Reflexión viernes 23 de noviembre


PRIMERO

Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. (Éxodo 20:1-2)

El sábado pasado en el MJP hablamos acerca de este versículo. En Éxodo 20 se presentan los diez mandamientos de los cuales el primero es “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.” Y lo interesante es que no parece ser un mandamiento porque no dice ninguna orden, pero está haciendo un llamado: que Jehová sea nuestro Dios. Pero, ¿qué significa eso? Podemos comprenderlo mejor al ver un hombre cuyo Dios fue Jehová:

Abraham no hizo cosas monumentales como abrir el mar rojo, matar gigantes o ir a hornos de fuego, pero él fue padre de todos los que hicieron estas cosas porque hizo lo primero que había que hacer: creer.

Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.7Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra.” (Génesis 15:5-7)

¿Ves el paralelo con Éxodo 20:2? “Yo soy Jehová…que te saqué”. Abraham le creyó a Dios y confió en Él primero, y después pudo hacer muchas cosas para la gloria de Dios. La descendencia de Abraham, entre ellos: Moisés, David, Sadrac, Mesac y Abed-nego… ellos también creyeron en Dios primero… y después pudieron hacer los hechos poderosos que hicieron.

Es exactamente igual con nosotros. La Biblia dice en Gálatas 3 que Aquel que suministra el Espíritu y hace maravillas entre nosotros, lo hace por el oír con fe y luego repite que Abraham creyó y le fue contado por justicia. Primero tenemos que trabajar en confiar en Dios, creerle de verdad y así será mejor nuestra obediencia y veremos esas maravillas que el Espíritu quiere hacer entre nosotros. 

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