PRIMERO
Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2Yo
soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de
servidumbre. (Éxodo 20:1-2)
El sábado pasado en el MJP hablamos
acerca de este versículo. En Éxodo 20 se presentan los diez mandamientos de los
cuales el primero es “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de
Egipto, de casa de servidumbre.” Y lo interesante es que no parece ser un mandamiento porque no dice ninguna orden,
pero está haciendo un llamado: que Jehová sea nuestro Dios. Pero, ¿qué
significa eso? Podemos comprenderlo mejor al ver un hombre cuyo Dios fue
Jehová:
Abraham no hizo cosas monumentales como
abrir el mar rojo, matar gigantes o ir a hornos de fuego, pero él fue padre de
todos los que hicieron estas cosas porque hizo lo primero que había que hacer: creer.
“Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los
cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu
descendencia. 6Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.7Y
le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar
esta tierra.” (Génesis 15:5-7)
¿Ves el paralelo con Éxodo 20:2? “Yo soy Jehová…que te saqué”. Abraham le
creyó a Dios y confió en Él primero, y después pudo hacer muchas cosas para la
gloria de Dios. La descendencia de Abraham, entre ellos: Moisés, David, Sadrac,
Mesac y Abed-nego… ellos también creyeron en Dios primero… y después pudieron
hacer los hechos poderosos que hicieron.
Es exactamente igual con nosotros. La
Biblia dice en Gálatas 3 que Aquel que suministra el Espíritu y hace maravillas entre nosotros, lo hace por el oír con fe y luego repite
que Abraham creyó y le fue contado por justicia. Primero tenemos que trabajar
en confiar en Dios, creerle de verdad y así será mejor nuestra obediencia y
veremos esas maravillas que el Espíritu quiere hacer entre nosotros.
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