Cuida lo que dices
“Pero lo que sale de la boca, del corazón
sale y esto contamina al hombre” Mateo 15:18
Una de las cosas más comunes que he escuchado
cuando hablo con personas es la tendencia de tener un buen aliento. Lo hacen en
primer lugar por higiene y en segundo lugar para no causar una mala impresión,
cosa distinta es hablar con alguien que esta pasado de copas que cuando te
habla por gracia y misericordia del Señor no te deja sin pestañas.
Justamente me ponía a pensar en este versículo
en cuanto a nuestro testimonio, lo que decimos de las demás personas e incluso de nosotros
mismos, en otras palabras “El Chisme”. Debo confesar que yo era así, me
encantaba escuchar cosas de las demás personas, pero al mismo tiempo pasar la
información a otros, acepto que tuve muchos problemas y muy fuertes a tal punto
de perder amistades muy valiosas que al son de hoy conservo.
Jesús dijo que nuestras palabras provenían de
nuestro corazón (Mateo 15:18) Los fariseos se sintieron ofendidos cuando les
dijo: <<No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale
de la boca, esto contamina>> Mateo 15: 11-12. Ellos pensaban que estaban
bien con Dios porque seguían reglas estrictas, incluyendo la purificación
ritual de las manos antes de comer, (¡ojo!, es bueno lavarse las manos antes de
comer, esto es por cuestiones de salud. No
se laven las manos, háganlo y verán en unos cuantos días que pasara) siguiendo
con el tema, los fariseos creían que estaban bien por comer alimentos
<<puros>>. Me encanta esto, Jesús golpeo su orgullo.
¿Ha golpeado Jesús tu orgullo? En mi caso lo
ha hecho infinidad de veces. El hecho de pensar que vamos a la Iglesia, levantamos
nuestras manos, oramos, ayunamos, estamos fieles a la obra, servimos en un
ministerio, etc. Pero luego nos involucramos en chismes o hablamos a espaldas
de los demás no esta bien. Santiago 3:9-10 dice << Con nuestra lengua
bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres… De una misma
boca proceden bendición y maldición… esto no debe ser así>>.
Si cuidas tu boca de no tener un mal aliento
y siempre andar presentable, también cuídala de no hablar mal de los demás ni
chismear, puede ser que seas un ejemplo en tu congregación, pero si lo que sale
de tu boca es una cloaca, es mejor que te pongas a cuentas con Dios para que
trate contigo.
Cada
vez que hablas, tu mente, tus pensamientos, tus deseos, tus anhelos y tu
testimonio, quedan expuestos ante los demás.
Dios te
Bendiga.
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