NUESTRO HOGAR CELESTIAL…
LEER
ISASIAS CAPITULOS 22 AL 24
“ He aquí que Jehová vacía la tierra y la
desnuda, trastorna su faz y hace esparcir a sus moradores, y sucederá así como
al pueblo, también al sacerdote, como al siervo, como al que compra, al que
vende, como al que presta, al que toma prestado, como al que da a logro, así al
que lo recibe.” Isaías 24:1-2
El capitulo 24 de Isaias es una descripción bien
estilo 2012 de la destrucción de la tierra, obviamente no habla de destrucción
de edificios ni de autopistas, porque simplemente en ese tiempo no habían, pero
si habla de la destrucción de todo lo entonces conocido, de villas, casas, palacios,
de cómo todo el mundo sin importar su posición económica, o su lugar de
trabajo, todos serán afectados de la misma manera, porque cuando Dios actúa
todos absolutamente todos somos afectados de una u otra manera, entonces
después de leer la realidad futura, porque realmente algún día todo lo que
vemos y hemos considerado nuestro hogar, no lo será más, porque por causa de
nuestro pecado, lo hemos llevado a la destrucción y esto podría tornarse bien
deprimente, podríamos empezar a analizar todas las señales y todas las cosas
que pasaran y como la tierra será destruida y como muchos morirán, pero en medio
de toda esa noticia tan triste y tan fatalista hay una buena noticia, nosotros
no viviremos mucho de esa desgracia, porque desde el momento que hemos aceptado
a Jesús en nuestro corazón, hemos comprado el boleto de entrada a la salvación
y esa salvación no consiste en cambiarnos de continente y empezar de nuevo en
otro menos inundado, esa salvación es completa, esa salvación nos compro la
ciudadanía celestial que necesitábamos para un nuevo y hermoso hogar….
Mas nuestra ciudadanía
está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo filipenses 3:20
Esta es
nuestra promesa, y esa es nuestra esperanza, y por eso cuando aquí en la tierra
los problemas de la vida nos agobien, o nos sintamos sin esperanza, juzgados o
con mucho temor de algo malo, solo recordemos que estamos de paso, y que
nuestro verdadero hogar ya está listo en el cielo para nosotros al lado de
nuestro padre celestial, donde no hay dolor, donde no hay miedo, donde solo
queda la paz hermosa del salvador y en ese momento, tengamos anhelo por estar
con el, y junto con el escritor de apocalipsis digamos, Ven Señor Jesús.
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