lunes, 12 de marzo de 2012

Reflexión lunes 12 de marzo del 2012


NUESTRO HOGAR CELESTIAL…
                                                                                                  LEER ISASIAS CAPITULOS 22 AL 24
“ He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, trastorna su faz y hace esparcir a sus moradores, y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote, como al siervo, como al que compra, al que vende, como al que presta, al que toma prestado, como al que da a logro, así al que lo recibe.”                                                                                 Isaías 24:1-2
El capitulo 24 de Isaias es una descripción bien estilo 2012 de la destrucción de la tierra, obviamente no habla de destrucción de edificios ni de autopistas, porque simplemente en ese tiempo no habían, pero si habla de la destrucción de todo lo entonces conocido, de villas, casas, palacios, de cómo todo el mundo sin importar su posición económica, o su lugar de trabajo, todos serán afectados de la misma manera, porque cuando Dios actúa todos absolutamente todos somos afectados de una u otra manera, entonces después de leer la realidad futura, porque realmente algún día todo lo que vemos y hemos considerado nuestro hogar, no lo será más, porque por causa de nuestro pecado, lo hemos llevado a la destrucción y esto podría tornarse bien deprimente, podríamos empezar a analizar todas las señales y todas las cosas que pasaran y como la tierra será destruida y como muchos morirán, pero en medio de toda esa noticia tan triste y tan fatalista hay una buena noticia, nosotros no viviremos mucho de esa desgracia, porque desde el momento que hemos aceptado a Jesús en nuestro corazón, hemos comprado el boleto de entrada a la salvación y esa salvación no consiste en cambiarnos de continente y empezar de nuevo en otro menos inundado, esa salvación es completa, esa salvación nos compro la ciudadanía celestial que necesitábamos para un nuevo y hermoso hogar….
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo                filipenses 3:20           
Esta es nuestra promesa, y esa es nuestra esperanza, y por eso cuando aquí en la tierra los problemas de la vida nos agobien, o nos sintamos sin esperanza, juzgados o con mucho temor de algo malo, solo recordemos que estamos de paso, y que nuestro verdadero hogar ya está listo en el cielo para nosotros al lado de nuestro padre celestial, donde no hay dolor, donde no hay miedo, donde solo queda la paz hermosa del salvador y en ese momento, tengamos anhelo por estar con el, y junto con el escritor de apocalipsis digamos, Ven Señor Jesús.

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