jueves, 8 de marzo de 2012

Reflexión Jueves 08 de MARZO


PURIFICAME SEÑOR…
                                                                                                        LEER ISAIAS CAPITULOS 4 AL 6
Entonces dije: !!Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas;
y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.                                                                                                                                                                    ISAIAS 6: 5-8
Isaías llevaba profetizando ya varios años, por varios años, Dios le había venido dando palabra para los reyes de su tiempo y para el pueblo de Israel, pero de repente después de haber estado sirviendo a Dios, tiene una visión! Una hermosa visión donde pasan tres cosas…
·         Ve al Señor sentado en su trono, en medio de ángeles que le adoran, y se da cuenta que Dios está ahí en el lugar de honra, que El realmente es el dueño de todo y que mientras el siga sentado ahí nada, absolutamente nada se sale de su control, así que todo cuanto pueda pasar, primero tiene que ser permitido por El.
·         Se ve a sí mismo totalmente sucio, inmundo, pecador, se ve así mismo tal y como realmente es y esto le hace preguntarse ¿Cómo es que he servido a Dios todo este tiempo? Necesito ser limpiado, necesito ser purificado, y Dios envía un carbón hirviendo para limpiar su boca que era el instrumente de su ministerio y con eso le dio la oportunidad de empezar de nuevo, puro, sin mancha
·         Dios lo llama de nuevo, hace la pregunta clave ¿a quién enviare? Y él contesta la única respuesta posible de una persona que ama a Dios, heme aquí, envíame a mí!
El profeta fue llamado de una manera espectacular porque su ministerio iba a ser muy duro y necesitaba recordar este llamado, siempre que los momentos difíciles vinieran, pero ¿Qué de nosotros? Estas tres cosas también son para nosotros, El está sentado en su trono, y todo lo que nos pasa tiene que pasar primero por El, pero también hay cosas en nosotros que deben ser purificadas, y la sangre de Cristo lo hace, pero también debemos mantener nuestra santidad para cuando llegue el momento de contestar podamos decir sin dudas, heme aquí, envíame a mí!!

1 comentario:

  1. Wow... no me había percatado de eso, esta visión fue después de estar en función!

    ResponderEliminar