PURIFICAME
SEÑOR…
LEER
ISAIAS CAPITULOS 4 AL 6
Entonces dije: !!Ay de mí! que soy
muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo
que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Y voló hacia mí uno de los serafines,
teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas;
y tocando con él sobre mi boca, dijo:
He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
Después oí la voz del Señor, que decía:
¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí,
envíame a mí. ISAIAS 6: 5-8
Isaías llevaba profetizando ya varios años,
por varios años, Dios le había venido dando palabra para los reyes de su tiempo
y para el pueblo de Israel, pero de repente después de haber estado sirviendo a
Dios, tiene una visión! Una hermosa visión donde pasan tres cosas…
·
Ve al Señor sentado en su
trono, en medio de ángeles que le adoran, y se da cuenta que Dios está ahí en
el lugar de honra, que El realmente es el dueño de todo y que mientras el siga
sentado ahí nada, absolutamente nada se sale de su control, así que todo cuanto
pueda pasar, primero tiene que ser permitido por El.
·
Se ve a sí mismo totalmente
sucio, inmundo, pecador, se ve así mismo tal y como realmente es y esto le hace
preguntarse ¿Cómo es que he servido a Dios todo este tiempo? Necesito ser
limpiado, necesito ser purificado, y Dios envía un carbón hirviendo para
limpiar su boca que era el instrumente de su ministerio y con eso le dio la
oportunidad de empezar de nuevo, puro, sin mancha
·
Dios lo llama de nuevo, hace la
pregunta clave ¿a quién enviare? Y él contesta la única respuesta posible de
una persona que ama a Dios, heme aquí, envíame a mí!
El profeta fue
llamado de una manera espectacular porque su ministerio iba a ser muy duro y
necesitaba recordar este llamado, siempre que los momentos difíciles vinieran,
pero ¿Qué de nosotros? Estas tres cosas también son para nosotros, El está
sentado en su trono, y todo lo que nos pasa tiene que pasar primero por El,
pero también hay cosas en nosotros que deben ser purificadas, y la sangre de
Cristo lo hace, pero también debemos mantener nuestra santidad para cuando
llegue el momento de contestar podamos decir sin dudas, heme aquí, envíame a
mí!!
Wow... no me había percatado de eso, esta visión fue después de estar en función!
ResponderEliminar