TRABAJANDO
CON POCO…
LEER MATEO 25:14-30
El reino de los cielos es como un hombre que, yéndose lejos, llamó a sus
siervos y les entregó sus bienes. (Mateo 25:14)
Si sos como
yo, muchas veces le has dicho a Dios que queres grandes cosas. Algunos tienen
miedo de soñar en grande y otros peor aún ni sueñan. Pero a la mayoría nos
gusta imaginarnos un mundo mejor, como una victoria de nuestra selección
nacional mañana, o que nuestros políticos resuelvan o que venga Dios un día y
nos hable a voz audible y nos entreguemos de lleno a Él. Está bien soñar y
anhelar cosas grandes, por ahí se empieza, pero necesitamos pasar menos tiempo
inventando y más tiempo actuando.
El pasaje
de Mateo nos cuenta la historia de los siervos. Dos fueron buenos
administradores y cuando el señor les dio talentos (bastante dinero) lo
duplicaron respectivamente. El tercero fue miedoso y devolvió lo que recibió.
Resulta interesante considerar que esta parábola es acerca del Reino y por ende
tiene que ver mucho con nosotros y cómo nos conducimos. Aprendemos que:
1. Todos recibieron un talento
Y así en el
Reino de los Cielos. Dios no hace acepción de personas ni para salvar ni para
bendecir. Tenemos muchísimo valor para Dios y desde el momento que nos recibe
como hijos nos da dones espirituales para que los usemos. Cada cristianos por
más inexperimentado o nuevo, por más débil o inestable que sea va a tener por
lo menos un don de parte de Dios. ¿Qué hará con él?
2. El señor esperaba que consiguieran
más talentos
No sé si
notaste, pero ninguno lo desperdició. Todos tenían los talentos que recibieron
en las mejores condiciones. Pero Dios nos creó para más que sólo limitarnos a
lo que tenemos. Sólo porque tu talento es cantar no quiere decir que no podes
servir en un viaje misionero a corto plazo. Y lo más importante es que esos
dones no fueron diseñados para ser usados una vez a la semana el domingo, sino
para ser usados y multiplicados cada día. No basta con hacer nuestra
responsabilidad, vayamos más allá.
3. En el Reino de los cielos vamos progresando
Varias
veces se repite en el pasaje la frase “bien, buen siervo y fiel, sobre poco has
sido fiel, sobre mucho te pondré”. Y me gusta porque significa que Dios no nos
da algo demasiado grande para nosotros, sino que nos va probando con algo poco
a ver si lo podemos administrar bien. Pero también significa que si eso “pequeño”
lo sabemos usar, entonces van a venir cosas más grandes.
Al
principio comentaba de cómo soñamos en vivir cosas grandes, y lo menciono
porque yo no creo que sólo nosotros lo deseemos. Firmemente creo que Dios lo quiere
aún más. Pero para llegar a ver nuestra ciudad transformada o rescatar a 1000
niños de la pobreza u orar por 100 enfermos y que sean sanados, necesitamos
enfocarnos en lo “poco” que Dios nos ha dado hoy. ¿En qué te tiene Dios hoy?
¿Qué vida de oración estás desarrollando? ¿Cuántas veces has oído y obedecido
la voz de Dios últimamente? Tal vez es algo pequeño como ser más atento con tu
familia, o que le hables de Dios a esa amiga de la u. Pero de eso pequeño que
vemos insignificante es muy importante para Dios porque Él tiene planes y te
prueba con lo poco para que estes listo para lo mucho.
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