viernes, 10 de agosto de 2012

Reflexión viernes 10 de agosto


ESPERA…

LEER JUAN 11

Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él. 19 Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá. (Isaías 30:18-19)

Esta promesa es increíble. Dios dice que Él esperará para tener piedad de nosotros y por ende, será exaltado cuando tenga esa piedad o misericordia. ¿Será que el hecho de esperar hará que tenga misericordia, seamos más agradecidos? Me gusta que dice luego bienaventurados los que confían…

¿Alguna vez te ha pasado que le estás pidiendo algo a Dios y parece que no te responde? Tal vez ha sido algo urgente, y nadie más que Dios te puede ayudar, pero no responde, o su respuesta es que esperes. O peor aún, a veces vas buscando a Dios y queres más de Él pero parece que Él no está disponible…

Jesús una vez hizo algo así:
Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana. (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos. Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. (Juan 11:1-6, énfasis añadido)

¿Por qué  los hizo esperar Jesús? Cuando la noticia llegó a Jesús, Lázaro seguía vivo, pero tardó dos días en salir y luego del viaje que no era de un ratito llegó y Lázaro tenía cuatro días muerto. No hay nada más definitivo. No había vuelta atrás, las hermanas de Lázaro le reclamaron a Jesús porque ellas creían que Él era el Cristo y que sólo Él podía sanarlo… Pero Jesús no quería sanarlo. Él era como su Padre, como nuestro  Padre, y por lo tanto Él estaba esperando para tener misericordia. ¿Por qué? Porque:

Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: !!Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir. (Juan 11:43-44)

Después de este episodio los fariseos vieron que Jesús era en serio, e hicieron el complot para matarlo. Claro, todo era parte del plan de Dios, pero esta pieza, este milagro, fue clave para que Jesús fuera a la cruz a cambiar nuestra historia para siempre. Por eso no quería sanar a Lázaro, porque era mejor resucitar lo que estaba muerto y así hace todavía hoy. ¿Qué cosa venías cargando que necesita un toque poderoso de Dios? ¿Qué le estás pidiendo que parece no responder? Es necesario que sigas orando porque eso significa que confias en Él y si confias en Él, no sólo te va a responder sino que va a hacer una obra poderosa en tu vida y va a obrar más de lo que te imaginas conforme a su plan perfecto.

Para nosotros son: enfermedades, debilidades, ataduras, problemas, pasados, dudas, derrotas.. Para Él son sanidades, fuerzas, liberaciones, soluciones, futuros gloriosos, declaraciones de fe y victorias que aún están en proceso, porque “Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él.”

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