viernes, 25 de mayo de 2012

Reflexión viernes 25 de mayo


NOS SALVÓ

LEER COLOSENSES 2

Puede ser que tengas mucho tiempo de ser cristiano o cristiana, o has ido a la iglesia toda tu vida. ¡Cuántas veces hemos escuchado la historia de Jesús! Pero lo que Él hizo por nosotros nunca lo terminaremos de comprender. En la epístola o carta que Pablo escribió a los colosenses les explicó muchas cosas porque eran una iglesia joven que estaban siendo amenazados por falsas creencias y necesitaban una base. Pero hay tres cosas que Pablo les enseño de lo que hizo Cristo por nosotros que siempre tenemos que tener presente:
  1. Nos identificó

En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, (Colosenses 2:11-13)

La circuncisión era la señal física que tenían los israelitas como parte del pueblo de Dios, era algo un poco desagradable de hacer pero servía como identificador físico que quien lo tenía era de un pueblo especial. Cristo nos identificó con una circuncisión espiritual, quitándonos el pecado, y haciéndonos suyos, siendo una señal invisible pero que Dios para siempre nos reconocerá como suyos.

2.   Nos condonó

anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, (Colosenses 2:14)

Condonar significa perdonar o remitir una pena de muerte o una deuda. Esa “acta de decretos” era nuestra culpabilidad por los pecados que nos condenaba a muerte. Pero Cristo tomó nuestros pecados en su cuerpo que fue clavado en la cruz y de esa forma la deuda quedó invalidada volviéndonos a nosotros libres.

3.   Nos hizo más que vencedores

y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. (Colosenses 2:15)

Cuando fue a la cruz, no sólo cargó con nuestros pecados, literalmente derrotó al enemigo y sus fuerzas triunfando sobre ellos. Esto significa que ahora el diablo no tiene poder sobre nuestras vidas a menos que se lo cedamos al enemigo, pero de lo contrario el único que tiene poder sobre nuestras vidas es Cristo y Él que fue el vencedor nos hace a nosotros más que vencedores porque sin pelear recibimos la recompensa.

Entonces, somos de Dios, somos libres y tenemos la victoria de Cristo. ¿Por qué nos vemos de menos? ¿Por qué luchamos como derrotados? ¿Por qué vivimos esclavos del pecado? Tenemos que creer lo que dice la Biblia y vivir de acuerdo a esto. Ya Cristo hizo lo que necesitábamos, ahora nosotros hagamos lo que sí podemos hacer que es creerle a Dios, recibir su libertad, su identidad y su victoria para vivir para su gloria. 

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