NOS SALVÓ
LEER COLOSENSES 2
Puede ser
que tengas mucho tiempo de ser cristiano o cristiana, o has ido a la iglesia
toda tu vida. ¡Cuántas veces hemos escuchado la historia de Jesús! Pero lo que
Él hizo por nosotros nunca lo terminaremos de comprender. En la epístola o
carta que Pablo escribió a los colosenses les explicó muchas cosas porque eran
una iglesia joven que estaban siendo amenazados por falsas creencias y
necesitaban una base. Pero hay tres cosas que Pablo les enseño de lo que hizo
Cristo por nosotros que siempre tenemos que tener presente:
- Nos identificó
En él también fuisteis circuncidados con
circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal,
en la circuncisión de Cristo;12 sepultados con él
en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe
en el poder de Dios que le levantó de los muertos.13 Y
a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne,
os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,
(Colosenses 2:11-13)
La circuncisión era la señal
física que tenían los israelitas como parte del pueblo de Dios, era algo un
poco desagradable de hacer pero servía como identificador físico que quien lo
tenía era de un pueblo especial. Cristo nos identificó con una circuncisión
espiritual, quitándonos el pecado, y haciéndonos suyos, siendo una señal
invisible pero que Dios para siempre nos reconocerá como suyos.
2. Nos condonó
anulando el acta de los decretos que había contra
nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,
(Colosenses 2:14)
Condonar significa perdonar o remitir una pena de
muerte o una deuda. Esa “acta de decretos” era nuestra culpabilidad por los
pecados que nos condenaba a muerte. Pero Cristo tomó nuestros pecados en su cuerpo
que fue clavado en la cruz y de esa forma la deuda quedó invalidada
volviéndonos a nosotros libres.
3.
Nos hizo más que vencedores
y despojando a los principados y a las
potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
(Colosenses 2:15)
Cuando fue a la cruz, no sólo cargó con nuestros
pecados, literalmente derrotó al enemigo y sus fuerzas triunfando sobre ellos.
Esto significa que ahora el diablo no tiene poder sobre nuestras vidas a menos
que se lo cedamos al enemigo, pero de lo contrario el único que tiene poder
sobre nuestras vidas es Cristo y Él que fue el vencedor nos hace a nosotros más
que vencedores porque sin pelear recibimos la recompensa.
Entonces, somos de Dios, somos libres y tenemos
la victoria de Cristo. ¿Por qué nos vemos de menos? ¿Por qué luchamos como
derrotados? ¿Por qué vivimos esclavos del pecado? Tenemos que creer lo que dice
la Biblia y vivir de acuerdo a esto. Ya Cristo hizo lo que necesitábamos, ahora
nosotros hagamos lo que sí podemos hacer que es creerle a Dios, recibir su libertad, su identidad y su victoria
para vivir para su gloria.
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