¿CÓMO
ANDAS?
LEER GÁLATAS 5
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no
satisfagáis los deseos de la carne.17 Porque el deseo de
la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos
se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.18 Pero
si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.19
Y manifiestas son las obras de la carne,
que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,20 idolatría,
hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones,
herejías,21 envidias, homicidios, borracheras,
orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya
os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino
de Dios.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo,
paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,23 mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley.24 Pero
los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.25 Si
vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. Gálatas 5:16-25
Andar en la Biblia viene de
la palabra griega Peripateo que se
refiere a caminar una gran distancia como siguiendo algo. Y la verdad es que
siempre andamos de una forma u otra,
pero hay tres tipos de personas:
- Los que andan en el Espíritu
- Los que andan en la carne
- Los que no saben en que andan
Andar en el Espíritu no es ser
perfecto y nunca fallar, no es saberse toda la Biblia de memoria, no es saludar
a todo el mundo diciéndole “Dios te bendiga” ni tampoco tener música cristiana
puesta 24/7. Andar en el Espíritu es dar Su fruto que es amor, gozo, paz, etc.
Eso significa que ante cualquier situación que se presenta, respondemos así. Si
viene una mala noticia, encontramos paz en Dios; si te hacen una mala pasada,
no respondes igual, sino que muestras amor; si todo sale mal y tienes el peor
día de todos, aún así tienes gozo. Es difícil andar en el Espíritu, pero por
eso dice la Biblia que andemos porque
no se trata de una carrera de 100 metros, sino de un viaje largo que
necesitamos recorrer una gran distancia.
Lo malo es que muchas veces,
siendo cristianos, andamos pero en la
carne. Y tal vez pienses que jamás cometerías un homicidio o creerías una
herejía, pero ¿qué tal acerca de la envidia? ¿O las contiendas? ¿O el adulterio?
El estándar de Cristo es que si miras a alguien con lujuria, ya es pecado. Pero
de la misma forma como andar en el Espíritu, es algo que implica un proceso,
costumbres. Si andas en la carne, es tiempo que te des la vuelta y empieces a
andar en el Espíritu, un paso a la vez.
Cristo nos habló de dos
caminos: uno ancho que lleva a la perdición y uno angosto que lleva al cielo.
Todos los que le hemos aceptado como Señor y Salvador somos hijos de Dios y
vamos por el camino angosto. Pero cuando andamos en la carne es como tratar de
subir una cuesta como si se tratara de una bajada. Estamos en el camino
angosto, en la cuesta, pero andamos
relajados, distraídos y deteniéndonos a cada rato.
Pero en el peor de los casos,
ni siquiera sabemos cómo andamos. En este caso necesitas detenerte un momento y
hablar con Dios, que el Espíritu te revele tu realidad para pedirle que te guíe
y decidas andar en el Espíritu.
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