viernes, 18 de mayo de 2012

Reflexión viernes 18 de mayo


EL ESPEJO
LEER SANTIAGO 1 Y 2

Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.       Santiago 1:19-25

Santiago es uno de mis libros favoritos de la Biblia. Es muy corto y extremadamente práctico en cuanto a como tenemos que actuar. Entre las cosas que habla trata sobre refrenar nuestra lengua y lo que decimos, sobre atender a las viudas y tener una verdadera religión, sobre como se origina la tentación, etc. Pero el tema que más me impacta en este corto libro es acerca de la fe. Porque la fe es algo que oímos hablar en el día a día y tenemos fe. La razón por la que estás leyendo esta reflexión es porque tienes fe en Dios y ya que tomaste una decisión, o tuviste un deseo de repente pero estás aquí porque crees.

Entonces viene la misma Palabra de Dios en Santiago y nos pone los pies en la tierra que nuestra fe no se trata sólo de asentir, sino de actuar. Pero el primer paso para actuar es:

1.   Escuchar

Si alguna vez jugaste “la gallinita ciega” estoy seguro que te encantaba correr y escabullirte de “la gallinita” pero cuando te atrapaban y te tocaba entonces la cosa se ponía seria. No mirabas, no tenías opción y lo único que podías hacer era guiarte por tu sentido de la audición, tenías que estar atento a cualquier ruido para correr a atrapar esa persona. La Palabra de Dios nos da muchísimas instrucciones, es más literalmente puede salvar nuestras almas, pero tenemos que escucharla en medio de tanto ruido para poder saber qué camino tomar. El segundo aspecto que nos muestra Santiago es:

2.   Ver

Pone el ejemplo de un espejo. Una estadística dice que una mujer promedio pasa alrededor de 120 horas (5 días) al año viéndose al espejo. Estoy seguro que el hombre promedio no ha de andar tan lejos. La razón de estar tanto tiempo frente al espejo es para poder ver exactamente como se mira uno y poder verse mejor. La Biblia es el espejo del corazón, del alma y cada hora que pasas leyéndola, estudiándola es una hora que estas frente a ese espejo viendo si te ves bien o si realmente hay algo que cambiar. Y a eso nos lleva el escuchar y ver:

3.   Hacer

Esa famosa frase “tuve la intención de…” prueba ser útil muchas veces para excusarnos, pero la verdad es que las intenciones sólo valen si terminan en acciones. El diablo conoce la Biblia, es más, la usó para tentar a Jesús sacándola de contexto. Y nosotros como cristianos nos alegramos por aprendernos unos versículos y leer la Biblia y qué bueno porque lo necesitamos, pero al fin de cuentas Dios nos dio su Palabra para que la obedeciéramos.

Seamos hacedores y no tan solamente oidores de la Palabra. 

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