lunes, 7 de mayo de 2012

reflexión miércoles 09 de mayo del 2012


DE PELICULA…
                                                                                     LEER GENESIS CAPITULOS SIETE Y OCHO
 El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches. En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca; ellos, y todos los animales silvestres según sus especies, y todos los animales domesticados según sus especies, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, y todo pájaro de toda especie. Vinieron, pues, con Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida.Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra.                                                                         GENESIS 7:11-15
Al leer los capítulos siete y ocho de Génesis solo me pongo a pensar en lo que se debe de sentir estar en una película de catástrofes, la verdad que a mí me gustan mucho ese tipo de películas, porque de alguna manera esta bueno ver como de maneras increíbles la humanidad logra sobrevivir lo impensable, pero en estos capítulos de Génesis, encontramos una realidad que muchas veces no tenemos  presente, cuando vemos ese tipo de películas, y es que Dios al final siempre tiene la última palabra, y lo que paso en el diluvio, fue obra directa de Dios, el abrió las fuentes de las aguas y permitió que la tierra fuera inundada porque la maldad de los hombres había crecido en extremo, pero en medio de esa maldad, quedo el remanente,  Noé  y su familia!! Ellos serían los forjadores de una nueva vida, los primeros de una nueva familia en la tierra, que tenía en ese momento delante de sí mismos, la oportunidad de cambiar las cosas para siempre y dedicar sus vidas a Dios o volver a hacer lo mismos de siempre.
Yo creo firmemente que cuando Dios permite directamente que nos pasen cosas en nuestra vida, que nos sacuden un poco, es para abrir nuestros ojos, nuestro corazón y que nos preguntemos ¿estoy en el lugar correcto? Un accidente, un rompimiento, una mala noticia, muchas veces una enfermedad, nos lleva a darnos cuenta que nuestro corazón no esta tan cerca de Dios como pensábamos, y esos eventos que por momentos parece que fueran de película nos permiten analizar y preguntarnos como estamos de verdad, porque no aprovechemos este momento sin efectos especiales, en la normalidad de nuestros días y nos preguntamos ¿Cómo, dónde está mi corazón?

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