domingo, 27 de mayo de 2012

Reflexión Domingo 27 de Mayo 2012

Agua en Vino

Ésta, la primera de sus señales, la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así reveló su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
Juan 2:11 (NVI)
Talvez muchos esperaban que Jesús empezara su ministerio público con un milagro espectacular: resucitando a alguien, sanando a un leproso, multiplicando los panes y los pescados, reprendiendo un demonio, calmando una tormenta o caminando en el agua. Pero Jesús comenzó su ministerio de milagros “salvando” una fiesta.
Jesús se encontraba en una boda cuando le informaron que el vino se había acabado. El primer milagro de Jesús consistió en convertir agua en vino. Es cierto, convertir el agua en vino no resucita a nadie de la muerte ni sana a nadie de una enfermedad terminal. Pero lo que sí hace es revelar a un Dios que se interesa no solo de la parte espiritual de nuestras vidas o las situaciones de vida o muerte.
El Señor trabaja en el día a día, en medio de la rutina, todos los días. Una relación con un Dios que se interesa solo en las cosas grandes y urgentes de nuestra vida sería tan impersonal como nuestra relación con los bomberos, la policía, etc. Pero nuestro Dios escoge relacionarse con nosotros en un nivel más íntimo. A Él le interesa todos los aspectos de tu vida…aún eso que tu piensas que es ridículo o insignificante. Él puede convertir tu agua en vino. 

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