viernes, 14 de diciembre de 2012

Reflexión viernes 14 de diciembre



HÁGASE TU VOLUNTAD

LEER MATEO 6:5-15

Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. (Mateo 6:9-10)

Quiero compartir una reflexión que estuve escuchando esta semana acerca de la oración modelo. En el famoso “Padre nuestro” Jesús nos enseña como orar y si vemos cada parte podemos entender muchísimo acerca de nuestra relación con Dios, con nuestro prójimo, acerca de la fe, etc. Pero miremos esa pequeña parte: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. No tengo tanto conocimiento teológico acerca del reino de Dios, pero lo que sí sé es que ahí no hay pecado, ahí se conoce a Dios verdaderamente y sobre todo, ahí se cumple la voluntad de Dios.

Cuando oramos y decimos “quiero cumplir tu voluntad” ¿qué estamos diciendo realmente? Pues para hacer la voluntad de Dios tenemos que conocerla. Es tan importante conocerla porque 1 Juan 5:14 dice que “si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye”. Hay algunos principios que tenemos para poder conocer la voluntad de Dios, voy a compartirles uno:

1.    Principio de la Rendición

Para conocer la voluntad de Dios tenemos que aceptarla aún antes de saber cuál es. Un pastor dijo una vez que el problema con la el cristianismo de occidente era la palabra compromiso. Eso parece bueno, pero es una palabra que se empezó a usar  hace un par de décadas. Cuando una palabra se empieza a usar generalmente reemplaza a otra, y la palabra reemplazada por compromiso fue rendición. No parece gran cosa hasta que vemos la gran diferencia entre estas dos palabras.

Cuando hablamos de compromiso, uno tiene el control. Vos te comprometes a ganar almas para Cristo, o a bajar de peso, o hacer algo bueno que decidiste. Vos tenés el control sobre lo que te has comprometido. Pero rendirse es muy distinto. Cuando te rendís a Dios, le decís “Aquí estoy, toma el control”. Al comprometerte, vos tenés el control, pero al rendirte, Dios tiene el control. Entonces podes decir: venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo; hágase tu voluntad en mi vida como se hizo en la vida de Cristo. La palabra no es “haré” sino “hágase” porque es RENDIR tu vida a Dios. A veces parece que queremos saber la voluntad de Dios, para luego ver si nos gusta, entonces la hacemos, si no no. Tenemos que aceptar la voluntad de Dios y rendirnos a Él, luego vamos a conocer exactamente qué es lo que nuestro Padre quiere. Él quiere lo mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario