miércoles, 19 de septiembre de 2012

Reflexion Miercoles 19 de septiembre


Proverbios 3:5-7
“5Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. 
6 Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas. 
7 No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal.”

Cuando los buzos están en las profundidades, es fácil que se desorienten y se confundan. Como el agua propaga la luz, con frecuencia se les hace difícil discernir donde esta la superficie. No percibir el peso de su cuerpo ni tener la sensación de la gravedad contribuye a la confusión. La única manera de distinguir si van hacia arriba o hacia abajo es observar como se mueven las burbujas de aire. Los buzos que pierden su sentido de la ubicación corren el riesgo de ahogarse si confían en su propio sentido. Por eso desde que se inician se les enseña que a pesar de lo que ellos sientan o crean, las burbujas siempre indicaran lo correcto.
De la misma manera que los buzos, nosotros también estamos en medio de la profundidad de este mundo, en medio de las pruebas, los problemas y tentaciones, y la verdad es que escuchamos y tenemos tantas influencias, que podemos perder ese sentido de la ubicación llegándonos a confundir. No sabemos que voz escuchar, para donde ir, para donde mirar... cuando nuestro Dios en su magnifico amor nos ha dejado burbujas para indicarnos lo correcto, ese conjunto de burbujas que nos guía a la dirección correcta es la Palabra de Dios, la Biblia.
Pero aun así con esas burbujitas tan importantes guiándonos, aun sabiendo que dejándonos guiar por ellas es lo correcto, preferimos buscar en otro lado, o algo que este en medio de lo correcto e incorrecto, áreas grises. Empezamos a jugar y también a tratar de confiar en nuestra propia prudencia, en lo que “sentimos”, en nuestro propio corazón y así como es peligroso para los buzos confiar en lo que “sienten”, así también es peligroso para nosotros confiar en nuestros corazón, porque el corazón del hombre es engañoso y la verdad es que podemos ahogarnos.
No miremos para otro lado, apartémonos del mal y de las áreas grises, confiemos en la Palabra, sigamos esas burbujitas, que son la presencia de nuestro Dios enderezando nuestros caminos, y guiándonos a la superficie donde el desea encontrarse con nosotros.

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