viernes, 29 de junio de 2012

Reflexión Viernes 29 de Junio


QUÉ PASARÍA...

Quiero mostrarte algo: 

Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. 51 Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja. 52 Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. 53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? 54 ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?      (Mateo 26:50-54)

A punto de ir a la cruz y siendo llevado por soldados y gente con palos Jesús nos dio una enseñanza acerca del Padre. Jesús dijo que si el oraba, inmediatamente Dios mandaba doce legiones de ángeles y lo rescataban. ¿Sabes lo que eso significa? Si Jesús hubiera orado, Dios hubiera contestado su oración y no va a la cruz, tenía 33 años en la tierra cumpliendo el plan de Dios y todo hubiera terminado ahí. Claro, estamos hablando de algo hipotético pero Dios hubiera cambiado el cosmos y movido los ejércitos celestiales para responder el llamado de su Hijo. 

Cuando aceptaste a Jesús, aceptaste también su derecho de hijo. Ahora cuando vos oras, tu Padre escucha y mueve lo que sea para contestar tu oración. Pero necesitamos dos requisitos:

1) Ser hijos: es un poco obvio, pero a lo que me refiero es que muchas veces cuando oramos venimos a pedirle a Dios algo sólo cuando hemos estado sirviendo o leyendo bien la Biblia y ganamos "oportunidad" pero un hijo no gana puntos para obtener algo, ya los tiene porque ya es hijo. Y otro detalle es que un hijo va a querer alegrar a su padre, por eso Jesús no pidió los ángeles, porque el Padre ya tenía un plan perfecto y Jesús quería seguirlo. 

2) Pedir: Papá sabe lo que necesitamos pero quiere que oirlo de nuestra boca. Porque cuando se lo pedimos estamos orando y estamos relacionándonos con Él. ¿Cuántas oraciones no contestadas tendremos? No porque Dios dijo que no, sino porque ni siquiera las preguntamos. Y peor aun, ¿como estaría nuestra relación con Dios si hubiéramos orado todas esas veces? 

Pero hoy no es día de ver atrás. ¿Qué pasaría si hoy decidís pedirle a Dios lo que hay en tu corazón? ¿Qué podrías lograr si tomas hoy tu identidad como hijo o hija de Dios y te apartas a dedicar un tiempo a hablar con Él? Que no sea algo hipotético, que hoy tu Padre escuche tu voz y se alegre de que su hijo o hija ¡le necesita!

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