Agradece
Dad gracias en
todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5:18
♫ Harta de este viaje dando vueltas día y noche, estoy
cansada del desierto, de la arena y de este viento…deberíamos volver a Egipto
cuanto antes, preferimos ser esclavos a morir en este lugar ♪
Así va la letra de una canción que
relata la historia de los Israelitas mientras iban por el desierto. Cuando niña
recuerdo haber escuchado muchas veces esta canción, tanto así que todavía me
acuerdo y me lo sé de memoria. También recuerdo haber pensado muchas veces “que
bárbaros, después de todo lo que Dios había hecho por ellos, solo renegar
sabían”. Si Dios me pudiera haber contestado audiblemente en alguna de las
veces que pensé esto, seguramente hubiera dicho algo como “¡el burro hablando
de orejas!”
Debo confesar que tengo una fuerte
tendencia a murmurar y olvidar todo lo que Dios ha hecho conmigo y por mí
cuando me encuentro en una situación difícil. Cuando ya pasa el problema y
reconsidero lo sucedido me recrimino a mi misma por haber renegado y dudado de
Dios. Si Dios ha sido fiel antes y durante toda mi vida, ¿qué me hacía pensar
que esa situación iba a ser distinta?
Que si esto tiene cura te estarás
preguntando. Yo diría que sí: agradece, agradece, ¡AGRADECE! Cuando te tomas un
tiempo para recordar lo que Dios ya ha hecho por ti en el pasado, le agradeces
lo bueno que ha sido y lo bueno que seguirá siendo, entonces puedes ver todo
desde otra perspectiva.
En la canción del principio usaban
esta técnica para contrarrestar la murmuración. Luego de la desagradable voz
que renegaba le seguía una dulce voz que les recordaba: ♫ Que pronto olvidamos todo lo que ha hecho Dios, Él nos trajo hasta aqui, nos hizo libres. Y sé que Él nos llevará a aquel lugar que será nuestro hogar ♪
Agradece, agradece, ¡agradece en TODO
tiempo!
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