sábado, 31 de diciembre de 2011

Las Cosas Viejas...


LAS COSAS VIEJAS…
LEER 2 CORINTIOS 5

15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación

Hoy es el último día del año. Es el tiempo perfecto para escribir metas, tomar resoluciones para el año nuevo y cambiar las cosas. Como dice la Biblia, las cosas viejas pasaron y he aquí todas son hechas nuevas. Pero en medio de tantas motivaciones y cosas que queremos hacer es fácil olvidar lo más importante que tenemos y esas son las relaciones. Así que en este tiempo recordemos un poco de aquello que le da sentido a la vida y meditemos en lo que es realmente importante:

1.    Dios: dice la Palabra dice que el amor de Cristo nos constriñe que significa en buen hondureño que nos tiene prensados y no nos suelta bajo ninguna circunstancia. Por ese amor tan perfecto que nos tiene, llegó al punto de morir por nosotros y culminar la declaración de amor eterna porque anhelaba tener una relación con nosotros. ¿Lo anhelamos así nosotros a Él? Para decir “ya no vivo para mí, sino para aquel que murió y resucitó por mí” (paráfrasis de 2 Corintios 5:15).

2.    Conmigo mismo: ahora que hemos aceptado ese amor de Dios no sólo podemos disfrutar de la relación con Dios, sino que nosotros mismos hemos sido renovados y transformados, las cosas viejas pasaron y somos hechos completamente nuevos. Eso es difícil de creer porque nosotros nos conocemos demasiado bien con nuestras debilidades y fracasos y pecados, pero Dios, quien conoce nuestro futuro, ve la obra terminada y sabe que aunque ahora el panorama sea oscuro, cuando el reloj marque las 12 en el tiempo de la tierra y todo llegue a su fin tendremos cuerpos glorificados y todo el dolor, pecado y tristeza habrán terminado. Entonces tengamos fe y creámosle a Dios, porque Él está haciendo la obra en nosotros cada día y renovándonos a su imagen.


3.    Otros: finalmente una vez que tenemos paz para con Dios y sabemos quiénes somos realmente podemos compartir con otros. En primer lugar Pablo nos exhorta a no conocer a nadie según la carne, es decir, no miremos a las personas por lo que tienen o como se miran (esto es, en la carne) sino mirémoslos como Cristo los mira, con compasión, con amor, con misericordia y en segundo lugar pongamos en marcha la labor que Dios nos ha dado que es: reconciliar. Reconciliarlos a ellos con Dios, mostrarles el camino que nosotros caminamos, e invitarlos a disfrutar de la relación con Dios, el creador del Universo y nuestro Padre amoroso.

Este fin de año, recordemos lo que realmente importa y cuando el reloj marque las 12, elevemos las gracias a nuestro Dios por darnos la oportunidad de conocerlo y sobre todo amarlo. Dios les bendiga y ¡Feliz Año Nuevo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario