Lectura: Lamentaciones 3
Las narraciones de Jeremías y Ezequiel pueden ser un poco violentas. Has este experimento, abre cualquier capitulo al azar de uno de estos libros, comienza a leerlo, y en un par de versículos verás como aparecen descripciones gráficas de sangre, destrucción y espada a lo película épica tipo 300.
Lo cierto, es que estos dos personajes les tocó la dura labor de ser profetas durante un tiempo en que Dios se vió obligado a cumplir su palabra de que si el pueblo de Israel se olvidaba de Dios, el los esparcería por todo el mundo y no precisamente a vacacionar en crucero.
Los pecados de Israel habían crecido en sobre manera. Entre otros habían 1) metido ídolos en el templo, 2) ofrecido y quemado a sus propios hijos a estos ídolos, 3) dado muerte a los verdaderos profetas de Dios 4) sus autoridades (reyes, sacerdotes, etc.) se habían corrompido en gran manera.
Probablemente pienses: "wow en ese caso si que se lo merecían". Lo cierto es que en ese sentido el pueblo de Israel es muy representativo de toda la raza humana y de nosotros mismos. Cuantas veces nos hemos apartado de Dios, cuantas veces hemos ofrecido y sacrificado lo mejor de nuestro tiempo y vida a "ídolos", es decir, a cualquier otra cosa que ponemos en primer lugar que no es Dios y nos ha tocado sufrir en cierta medida el resultado de nuestras acciones. También, cuantas veces nos ha tocado sufrir las consecuencias del pecado que otros han cometido en contra nuestra.
Aquí, la advertencia que Jeremías le hace a sus hermanos sigue siendo válida para nosotros: "Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová" Lamentaciones 3:40, es decir revisemos a fondo nuestra forma de andar y regresemos al Señor.
Aún con todo esto, estos libros están cargados de esperanza y sobre todo de Misericordia.
Ante un pueblo tan rebelde, Dios fácilmente pudo haber resuelto exterminarlos por completo y empezar de cero, pero ese no es nuestro Dios. Por eso en la mitad del otro libro escrito por Jeremías y muy bien llamado Lamentaciones recuerda que "Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos." Lamentaciones 3:22-23 En realidad Dios no ha hecho con nosotros conforme a nuestras maldades como dice el Salmo 103:10.
En medio tiempos tan turbulentos que estaba viviendo Israel (y los tiempos que nosotros estamos viviendo a veces se sienten muy parecidos también) Jeremías envía una carta a los cautivos en Babilonia en donde les recuerda que Dios sabe "los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón." Jeremías 29:11-13
Los últimos descendientes de David de ese tiempo quizás no fueron los mejores y sufrieron las consecuencias de su andar, pero Dios no olvidó la promesa hecha al joven pastor convertido en rey. Dios preservó su familia para que cientos de años después, esos pensamientos de paz se hicieran realidad...un Principe de Paz estaría por Nacer. Así que si te sientes agobiado por la violencia alrededor o estas abrumado por alguna lucha interior, recuerda en Jesús encontrarás una verdadera Noche de PAZ!
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