ESTE-OESTE…
LEER 1 CRÓNICAS 13
AL 15
Hay dos formas de hacer las cosas: la forma
correcta y la incorrecta. Suena lo más lógico del mundo pero muchas veces
escogemos la incorrecta y al final cuando vienen las consecuencias nos
preguntamos por qué. Y es que nosotros como cristianos queremos agradar a Dios
entonces tenemos buenas intenciones. “Voy a ir a un asilo” o “voy a ser amable
con todos este día” o “voy a dar la mitad de mis ingresos en donaciones” (bueno
al menos un porcentaje pues). Pero después decimos… ¿será la voluntad de Dios?
Y empezamos a dudar si esa intención es buena o mala, correcta o incorrecta.
Pero, ¡ese el problema! La intención no tiene malo, y es más, probablemente
Dios puso la idea para empezar, lo que importa es la forma como llevamos a cabo
esa intención. Y la Biblia tiene un ejemplo muy claro con uno de sus personajes
más prominentes: David.
En 1
de Crónicas 13 leemos
“Y dijo David a toda la asamblea de Israel: «Si os
parece bien y si es la voluntad de Jehová, nuestro Dios, enviaremos a todas
partes por nuestros hermanos…y traigamos el Arca de nuestro Dios junto a
nosotros, porque desde el tiempo de Saúl no hemos hecho caso de ella”.
Wow que buena idea la de David. Traer el Arca
de Dios, el Arca del Pacto. Había estado olvidada por el pueblo de Israel a
pesar de que sobre ella se invocaba el nombre de Dios y era el objeto más santo
y más representativo de Dios en toda la tierra. Hasta ahí vamos bien. Y como
nosotros, David dice lo mismo “si es la voluntad de Dios”. Pero estamos
hablando de esto porque no fue la intención el problema, sino la forma de hacer
las cosas. Veamos como lo hizo:
·
Antes de llevar el Arca
consultó… los capitanes y jefes de Israel, si a ellos les parecía la idea. (1
Crónicas 13:1)
·
El destino del Arca era la
casa de David. (1 Crónicas 13:12)
·
El medio de transporte para
el Arca era un carro nuevo halado por bueyes.
Suena bien, no lo hizo a la ligera, iba a un
lugar de gloria y hasta mandaron a hacer un carro para mover el Arca. Pero…
cometieron ciertos errores garrafales que terminaron siendo fatales. Primero,
desde cuando está bien consultar a los hombres y no consultar al mismo Dios
cuya presencia iba en el Arca. Segundo el Arca del Pacto era para el pueblo, no
para David y aunque su casa era un lugar muy bonito, no pertenecía ahí.
Tercero, Dios ya había establecido como mover el Arca y en vez de preguntar
“será la voluntad de Dios” lo único que David tenía que hacer era leer la misma
Palabra que ya dice la voluntad de Dios y seguirla paso por paso. Y el no hacer
las cosas de la manera correcta le costó la vida a un hombre. Porque los bueyes
se tropezaban, entonces se iba a caer el Arca, entonces para detenerla Uza (si,
era el nombre de un levita) le puso la mano al Arca y eso era prohibidísimo y
cayó muerto. Que dura lección. Tuvieron que dejar el Arca en la casa de un
señor mientras ellos pensaban que hacer y por cierto, la casa de ese señor fue
bendecida por tener el Arca (razón por la cual el Arca era para bendecir al
pueblo y no la casa de alguien en particular) Pero ahora sí hicieron las cosas
bien. En el capítulo 15 se narra la forma:
·
Antes de llevar el Arca,
David consultó la Palabra y vio la forma correcta para llevarla.
·
El destino del Arca era una
casa especial, hoy si iba a ser de bendición para todo el pueblo. (1 Crónicas
16:1)
·
El medio de transporte era
unas barras sobre los hombros de los levitas, como estaba establecido y así se
evitan el riesgo que se cayera. (1 Crónicas 15:15).
Ahora si hicieron las cosas bien y hasta Dios
les ayudó a llevarla (1 Crónicas 15:26). ¿Qué nos queda a nosotros? Cuando
tengamos una buena intención o idea, la pregunta correcta no es si está bien o
mal, sino cómo estaría bien o cómo estaría mal. Y como David al final podemos
aplicar los siguientes principios: 1. Consultar a Dios y su Palabra primero. 2.
Que sea algo de bendición a muchos y no sólo a mí. 3. Hacer las cosas de la
manera correcta.
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