domingo, 25 de diciembre de 2011


FELIZ NAVIDAD…
LEER JUAN 1

Era nochebuena, estábamos preparándonos para un tiempo espectacular en la iglesia en el culto de luces. Cada quien andaba en su mejor atuendo, los niños estaban con sus padres, las velas listas, los corazones dispuestos para un tiempo entre la familia de Dios antes de ir a compartir con las respectivas familias cada quien en sus casas. Y pasó el pastor a dar el sermón. Cuando empezó a hablar dijo que todo el mundo sabe por qué celebramos Navidad, y es verdad. Pero después dijo: entonces por qué vino Jesús. Y esa idea me dejó pensado, porque es hermoso que podamos celebrar la venida de Cristo a la tierra, pero si perdemos de vista el propósito por el cual Él vino entonces estamos celebrando a medias. Así que hoy quiero compartirles las 5 razones que aprendimos anoche de por qué vino Cristo al mundo:




  1. Vino para iluminar tu mente y dar a conocer quien es Dios.
    Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. (Juan 12:46)
    Muchas veces pensamos que Dios nos va a restregar nuestros errores y nos alejamos en vez de acercarnos al único que puede cambiarnos. Creemos eso porque la gente quiere encasillar a Dios como vengador, pero nuestro Dios es un Dios de perdón y tenemos que conocerlo a Él como Él es. Colosenses 1:15 dice que Cristo es la imagen del Dios invisible así que por medio de Cristo conocemos a Dios.
  2. El vino a decirnos la verdad.   Le dijo entonces Pilato:—Luego, ¿eres tú rey? Respondió Jesús: —Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. (Juan 18:37). No estamos aquí por accidente, hay padres por accidente pero no hay hijos por accidente porque Dios nos tenía planeados. A veces nos dicen lo que queremos oír y no la verdad. Dios sí te dice la verdad sin importar. Como el diagnóstico que da el doctor para el bien de las personas.
  3. El vino a guardar y a guiar nuestros pasos. Otra vez Jesús les habló, diciendo: —Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12)
    Hay días oscuros cuando las cosas no salen como las hemos planificado, días de estrés por finanzas o relaciones o metas fallidas, días de derrota cuando lo hemos echado a perder, días de enfermedad, divorcio, pérdida de un ser querido. Entonces necesitamos esa luz que es Jesús. Cuando no podemos descifrar las cosas, necesitamos un poder más grande, el poder del Dios, del Espíritu Santo, de Jesús para salir adelante. La clave para ver esa luz es la FE.
  4. El vino a sanar nuestro corazón. No hay dolor tan grande que una persona pueda tener que Jesús no lo pueda sanar. Cuando le presentaron una mujer adúltera en vez de regañarla, la rescató y le dijo “vete y no peques más”. Él nos salvó de una vida sin esperanza, del miedo, de las dudas, de la amargura, de los malos hábitos y podemos ser libres en el nombre de Cristo Jesús.
  5. El vino a transformar nuestra vida. El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Juan 10:10). Cristo no sólo nos dio vida nueva sino también vida abundante, vida con propósito, vida de valores. Y el plan de jubilación de Dios… ¡La vida eterna!
Los sabios de oriente que vieron la estrella de Belén se les llama sabios porque entendieron el tiempo y sobretodo siguieron la estrella, muchos vieron la estrella, pero no todos la siguieron. Que difícil celebrar la navidad y saber que Cristo vino al mundo como un regalo y no querer aceptarlo. Una cosa es conocer que Jesús es la Luz del mundo y otra es dejar que El ilumine tu vida. ¡Hoy es Navidad!

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