LAS COSAS
VIEJAS…
LEER 2 CORINTIOS 5
15 y por todos murió, para que los que viven, ya
no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.16 De manera que nosotros de aquí en
adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la
carne, ya no lo conocemos así.17 De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.18 Y todo esto proviene de Dios, quien
nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la
reconciliación
Hoy es el
último día del año. Es el tiempo perfecto para escribir metas, tomar
resoluciones para el año nuevo y cambiar las cosas. Como dice la Biblia, las
cosas viejas pasaron y he aquí todas son hechas nuevas. Pero en medio de tantas
motivaciones y cosas que queremos hacer es fácil olvidar lo más importante que
tenemos y esas son las relaciones. Así que en este tiempo recordemos un poco de
aquello que le da sentido a la vida y meditemos en lo que es realmente
importante:
1.
Dios:
dice la Palabra dice que el amor de Cristo nos constriñe que significa en buen
hondureño que nos tiene prensados y no nos suelta bajo ninguna circunstancia.
Por ese amor tan perfecto que nos tiene, llegó al punto de morir por nosotros y
culminar la declaración de amor eterna porque anhelaba tener una relación con
nosotros. ¿Lo anhelamos así nosotros a Él? Para decir “ya no vivo para mí, sino
para aquel que murió y resucitó por mí” (paráfrasis de 2 Corintios 5:15).
2.
Conmigo
mismo: ahora que hemos aceptado ese amor de Dios no sólo podemos disfrutar de
la relación con Dios, sino que nosotros mismos hemos sido renovados y
transformados, las cosas viejas pasaron y somos hechos completamente nuevos.
Eso es difícil de creer porque nosotros nos conocemos demasiado bien con
nuestras debilidades y fracasos y pecados, pero Dios, quien conoce nuestro
futuro, ve la obra terminada y sabe que aunque ahora el panorama sea oscuro,
cuando el reloj marque las 12 en el tiempo de la tierra y todo llegue a su fin
tendremos cuerpos glorificados y todo el dolor, pecado y tristeza habrán
terminado. Entonces tengamos fe y creámosle a Dios, porque Él está haciendo la
obra en nosotros cada día y renovándonos a su imagen.
3.
Otros:
finalmente una vez que tenemos paz para con Dios y sabemos quiénes somos
realmente podemos compartir con otros. En primer lugar Pablo nos exhorta a no
conocer a nadie según la carne, es decir, no miremos a las personas por lo que
tienen o como se miran (esto es, en la carne) sino mirémoslos como Cristo los
mira, con compasión, con amor, con misericordia y en segundo lugar pongamos en
marcha la labor que Dios nos ha dado que es: reconciliar. Reconciliarlos a
ellos con Dios, mostrarles el camino que nosotros caminamos, e invitarlos a
disfrutar de la relación con Dios, el creador del Universo y nuestro Padre
amoroso.
Este fin de
año, recordemos lo que realmente importa y cuando el reloj marque las 12, elevemos
las gracias a nuestro Dios por darnos la oportunidad de conocerlo y sobre todo
amarlo. Dios les bendiga y ¡Feliz Año Nuevo!