Confianza en
la Palabra
Leer salmo 89:20-37
Si dejaren sus hijos mi
ley, Y no anduvieren en mis juicios,
Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis mandamientos, Entonces castigaré con vara su rebelión, Y
con azotes sus iniquidades. Mas no
quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad. No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha
salido de mis labios. (Salmos 89:30-34)
En una semana
voy a empezar mi práctica. No fue fácil escoger el lugar, pero gracias a Dios
tenía un hermano de la iglesia en la empresa que escogí y me dijo que si la
podía hacer ahí hace un mes. Esta semana fui a la universidad a ver como iba el
proceso y me dijo el coordinador de la carrera que no habían llamado de la
empresa y hasta me sugirió cambiar de lugar porque ya era casi la fecha de inicio.
Entonces llamé al hermano pero él me aseguró que no tenía nada que preocuparme
porque había conseguido que el gerente firmara la solicitud de práctica y que
en una semana yo llegara porque era 100% seguro que la iba a hacer ahí. Una
firma del gerente y puedo dar por hecho que voy a hacer la práctica. Me dio
seguridad.
Esos versículos
del salmo 89 nos pueden dar una mayor seguridad a nosotros. En los versículos
anteriores se habla de la promesa que Dios hizo a David y a Israel pero luego
llega al punto donde yo creo que todos llegamos en algún momento: ¿Y qué pasa
si fallo? ¿Si peco o cometo un terrible error que no puedo enmendar?
Dios es bien
claro y dice “Entonces castigaré con vara su rebelión y con azotes sus
iniquidades”. Si somos hijos de Dios tenemos que saber que si fallamos, el Padre
que nos ama nos disciplina. Pero esa disciplina es para corrección, esa vara es
para enseñanza y esos azotes son para nuestro bien. Porque luego afirma Dios
que aunque nos llegara a disciplinar, “no quitaré de él mi misericordia… no
olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios”. Porque aunque nos
desviemos en algún momento, Dios nos disciplina, pero nos da su misericordia. Y
lo que más me gusta es que podemos estar seguros que lo que Él ha dicho, lo
cumplirá. Su palabra nos da seguridad. Si somos hijos de Dios, él ha dicho que
sus palabras van a permanecer firmes para nosotros siempre.
¿Cómo han
estado tus pensamientos últimamente? ¿Te has sentido acusado por tu conciencia
o dudas de si te puedes acercar a Dios? Acércate a Él, estudia su Palabra que
ahí está todo lo que Él ha prometido y lo que está escrito, podemos darlo por
hecho. No dudes, cielo y tierra pasará, pero la Palabra de Dios nunca pasará.
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