viernes, 11 de enero de 2013

Reflexión viernes 11 de enero de 2013


Confianza en la Palabra
Leer salmo 89:20-37

Si dejaren sus hijos mi ley, Y no anduvieren en mis juicios,    Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis mandamientos,    Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades.    Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad.    No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios. (Salmos 89:30-34)

En una semana voy a empezar mi práctica. No fue fácil escoger el lugar, pero gracias a Dios tenía un hermano de la iglesia en la empresa que escogí y me dijo que si la podía hacer ahí hace un mes. Esta semana fui a la universidad a ver como iba el proceso y me dijo el coordinador de la carrera que no habían llamado de la empresa y hasta me sugirió cambiar de lugar porque ya era casi la fecha de inicio. Entonces llamé al hermano pero él me aseguró que no tenía nada que preocuparme porque había conseguido que el gerente firmara la solicitud de práctica y que en una semana yo llegara porque era 100% seguro que la iba a hacer ahí. Una firma del gerente y puedo dar por hecho que voy a hacer la práctica. Me dio seguridad.

Esos versículos del salmo 89 nos pueden dar una mayor seguridad a nosotros. En los versículos anteriores se habla de la promesa que Dios hizo a David y a Israel pero luego llega al punto donde yo creo que todos llegamos en algún momento: ¿Y qué pasa si fallo? ¿Si peco o cometo un terrible error que no puedo enmendar?

Dios es bien claro y dice “Entonces castigaré con vara su rebelión y con azotes sus iniquidades”. Si somos hijos de Dios tenemos que saber que si fallamos, el Padre que nos ama nos disciplina. Pero esa disciplina es para corrección, esa vara es para enseñanza y esos azotes son para nuestro bien. Porque luego afirma Dios que aunque nos llegara a disciplinar, “no quitaré de él mi misericordia… no olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios”. Porque aunque nos desviemos en algún momento, Dios nos disciplina, pero nos da su misericordia. Y lo que más me gusta es que podemos estar seguros que lo que Él ha dicho, lo cumplirá. Su palabra nos da seguridad. Si somos hijos de Dios, él ha dicho que sus palabras van a permanecer firmes para nosotros siempre.

¿Cómo han estado tus pensamientos últimamente? ¿Te has sentido acusado por tu conciencia o dudas de si te puedes acercar a Dios? Acércate a Él, estudia su Palabra que ahí está todo lo que Él ha prometido y lo que está escrito, podemos darlo por hecho. No dudes, cielo y tierra pasará, pero la Palabra de Dios nunca pasará. 

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