martes, 22 de enero de 2013

Reflexión Martes Enero 22, 2013


Rechazados

Unos meses antes de graduarme del colegio apliqué a una beca muy conocida para estudiar en los Estados Unidos por cuatro años. Fue emocionante recibir la llamada para la primera entrevista, ¡me parecía como que la beca ya era mía! Pasé todo el proceso hasta que llegué a la entrevista final con unos norteamericanos…solo era cuestión de esperar una llamada con la información que me habían elegido. Y la llamada nunca llegó. Recuerdo haber llorado y haber estado muy desanimada, sentía que había fracasado, que me habían rechazado y ni sabía por qué. Lo peor era tener que revivir todo cada vez que le explicaba a alguien que no me la habían dado. Pero a Dios no se le pasan nuestros sueños por alto. Cuatro años más tarde el Señor me permitió irme de intercambio becada a estudiar por un año. Después de haber vivido la experiencia me doy cuenta que probablemente la primera vez que intenté irme no estaba preparada para estar sola, lejos de mi familia. Durante esos cuatro años de espera pude madurar un poco más y Dios me permitió vivir experiencias y conocer personas que no cambiaría por nada del mundo.    

Ser rechazados es una de las experiencias más dolorosas que a todos nos toca vivir en algún momento de nuestras vidas. Pero a nadie lo han rechazado tanto como Jesús, de quien Isaías había profetizado que sería "despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos" (53:3). Jesús no solo fue rechazado por personas de autoridad y los religiosos de su tiempo, sino también por las personas más cercanas a él, sus discípulos- “…muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él” (Juan 6:66) ¿Te imaginas cómo se sintió Jesús cuando Judas se le acercó para entregarlo con un beso? Reflexionar en cómo Jesús fue rechazado nos ayuda en dos cosas: 1) Nos hace reconocer que el rechazo es una experiencia universal, es parte de la vida. 2) Jesús entiende, Él experimentó más rechazo del que podrás experimentar en toda tu vida, el conoce tu dolor y ha prometido “no te dejaré ni te desampararé” (Hebreos 13:5)

Te dejo algunas recomendaciones de qué puedes hacer si estas luchando con el rechazo:
1.       Cuéntale al Señor como te sientes. Considera escribir tus oraciones, así cuando todo haya pasado podrás regresar a leer cómo te sentías y maravillarte de la fidelidad de Dios
2.       Estudia Su palabra y marca todas las promesas que encuentres que hablen de Su compañía, Su guía, Su poder, etc.
3.       Acepta que otros oren por ti y contigo
4.       Busca canciones, citas, poemas que te sirvan de ánimo cuando lo necesites
5.       No te cierres a lo que Dios quiere hacer contigo, a que Él quiera llevarte por otra dirección. Ábrete a las nuevas oportunidades que Él puede tener para ti.

¡Ten confianza en el Señor!
¡Ten valor, no te desanimes!
¡Sí, ten confianza en el Señor!
Salmos 27:14

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