jueves, 10 de noviembre de 2011

De la Armadura – Kevlar Espiritual: La Justicia de Dios


Lectura Romanos 5

En 1965 la científica polaca Stephanie Kwolek trabajando para la empresa DuPont desarrollo un material que más a delante llegó a llamarse Kevlar. Este material es conocido por ser resistente por lo que es usado para prevenir altas temperaturas (como material que usan los bomberos) o chalecos antibalas. Es tanta la fama de este material que ha sido mencionado en algunas películas como Batman Begins o X-men: First Class.


En Efesios 6, Pablo les pide que se amarren bien la cintura con la verdad y que se coloquen el “chaleco Kevlar antibalas” o coraza, de la justicia. La pregunta es que es Justicia según el pasaje.

Con la palabra Justicia viene a la mente una corte un juez y esas cosas. Sin embargo, al leer el Antiguo Testamento, vemos que tenía un significado más amplio.  Proverbios, por ejemplo, vemos como se compara a una persona justa con el impío.

Alguien Justo no solo es inocente o es decir “inocentón” que nunca hizo nada malo, sino un ejecutor del bien. Es un nivel elevado de ética por así decirlo. Nunca miente, nunca defrauda, ayuda a los demás, se asegura que las personas reciban lo correcto.

Se me vienen a la mente personajes como José o Daniel, que por alguna la Biblia no registra sus fallas. Ambos fueron intachables, fueron “vendidos” a un país extranjero, llegaron a ser 2do al mando de las potencias mundiales de su tiempo.

Entonces viene una pregunta importante, ¿espera Dios que sea como ellos? – es decir que sea intachable, que ejecute el bien siempre, que sea el que saca cien en todas sus clases, y le queda tiempo para dar tutorías, ayudar a viejitas a cruzar la calle, dar a los niños que limpian parabrisas, … etc. Si es así, seguro Dios escogió a la persona equivocada. Ese nivel de “bien” a prueba de balas parece irreal en especial en  los tiempos que estamos viviendo.

La respuesta  la encontrarás en Romanos 5 y si tienes tiempo puedes seguir leyendo los capítulos siguientes (6-8) y descubrirás que no solo lo espera sino que ya lo da por hecho, así como en el post anterior comentábamos la “Fe que Dios tiene en ti”. 

En sí la Justicia, ese nivel de “bien” no es algo que por esfuerzo propio podemos alcanzar – es algo que Dios te otorga por medio de la obra que Jesús hizo en la cruz por nosotros.

Te invito a que te pongas tu antibalas espiritual y leas detenidamente este capítulo y escribas en tu diario tus observaciones de cómo hemos sido “Justificados pues por la fe” y eso nos lleva a presentarnos  a nosotros mismos “a Dios como instrumentos de justicia” (Romanos 6:13). 

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