viernes, 9 de agosto de 2013

Reflexión viernes 9 de agosto

En Dios haremos  proezas

Anoche fue el primer día de PROEZAS en el MJP y tuvimos un tiempo espectacular. Pero en un momento al final, Leo dijo que habían personas que podían estar dudando. El problema con la duda es que te estorba a la hora de acercarte a Dios y te impide hacer más proezas en Dios. Lo que vence la duda es la fe. Me gusta que en la Biblia podemos ver muchas ocasiones cuando Jesús, al hacer un milagro, le expresaba a la persona que era la fe de ellos mismos la que los había sanado o salvado.

Eso pasó con el paralítico de Betsaida que al ver la fe de sus amigos que hasta rompieron un techo para acceder a Jesús, fue sanado y perdonado. También pasó con la mujer con flujo de sangre que se dispuso a tocar aunque fuera el borde del manto de Jesús, fue sanada. También con uno de los diez leprosos que sanó Jesús y luego regresó para darle gracias. Siempre les decía “tu fe”. Para acercarte a Dios necesitas fe y para hacer proezas en Él también necesitas fe. ¿Pero y que pasa cuando dudamos de nuestra fe? Bueno, me refiero a que a veces pensamos que no tenemos suficiente fe. O la gran pregunta, ¿cómo aumentarnos la fe? Los primeros cristianos se la hicieron, veamos lo que les contestó Jesús:

Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. 6Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería. (Lucas 17:5-6)

Que buena respuesta de Jesús, pero al mismo tiempo nos deja pensado. No necesitamos mucha fe. Nuestra fe puede ser súper ínfima y así podríamos hacer proezas. Entonces, ¿por qué no las hacemos? Fue JESUS quien dijo que necesitábamos fe como un grano de mostaza. Fue Jesús. Fue Él. Lo que significa que esa fe chiquitita tenía que estar puesta en Él. En Jesús. Quiero aclarar bien esto, hay gente con muchísima fe en el mundo. Hay gente super creyente en diferentes religiones, o gente que cree en  políticos o en deportistas. Pero no importa el tamaño de la fe, importa el objeto de la fe. ¿Quién hace el milagro? ¿Quién tiene el poder? ¿Quién es invencible? ¿Quién nunca falla? ¿Quién resucitó? Fe no es creer que yo puedo, es creer que yo no puedo, pero creo que en el UNICO que puede.  Aunque crea mi fe sea pequeñita, tengo un Dios grande! Cristo puede, por eso decimos:


“¡EN DIOS haremos proezas!”

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