Necesito tu Presencia
Esta semana estuve escuchando unos
mensajes radiales por tercera ocasión. Finalmente tomé la pantalla y el teclado
y me puse a escribir la hermosa reflexión que escuché tantas veces; y hoy la
quiero compartir con ustedes.
Cuando Moisés subió al monte Sinaí
estuvo ahí cuarenta días hablando con Dios y recibiendo los diez mandamientos.
Al final Dios le dijo que regresara
porque el pueblo se había corrompido. Llegaron al punto de pensar que Moisés no
regresaría del monte y pedirle a Aarón que hiciera un becerro de oro.
Cometieron muchos pecados más y hasta dijeron que el becerro era el dios que
los había sacado de Egipto. Cuando Moisés bajó del monte, tiró las tablas con los mandamientos
al ver al pueblo en ese relajo pero se puso también a interceder por ellos ante
Dios. Entonces:
Jehová dijo a Moisés: Anda, sube de aquí, tú y el pueblo
que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham,
Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré; 2y yo enviaré
delante de ti el ángel, y echaré fuera al cananeo y al amorreo, al heteo, al
ferezeo, al heveo y al jebuseo 3(a la tierra que fluye leche y
miel); pero yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no
sea que te consuma en el camino. (Éxodo 33:1-3)
Al principio se escucha bien porque 1)
Dios no iba a destruir a su pueblo luego de la intercesión de Moisés, 2) Los
iba a llevar a la tierra prometida y 3) hasta iba a enviar su ángel para
protegerlos. ¿Qué puede ser mejor que la misericordia, las bendiciones y la
protección de Dios? ¿No es esto lo que buscamos casi siempre en oración? Pero
esos versículos están entre las palabras
más duras de la Biblia porque Dios dice “yo no subiré en medio de ti”. No
contarían con la Presencia de Dios.
Hoy sólo quiero que reflexionemos en
esto. ¿Cómo está tu vida? Tal vez está la provisión de Dios o hay salud. Tal
vez Dios te ha bendecido mucho y las cosas te salen bien. ¿Pero contas con la
Presencia de Dios en tu vida? Ahora tenemos a
su Espíritu Santo que siempre está con nosotros. Pero podemos
contristarlo, y llegar al punto que apenas escuchamos su voz porque lo hemos
rechazado tanto. ¿Qué podemos hacer?
Lo único que tenemos que hacer es
arrepentirnos de todo corazón delante de Dios y apartarnos del pecado. Es gran
cosa, pero es más horrible vivir sin disfrutar de la Presencia de Dios. Moisés
tuvo la sensatez de decirle a Dios que no daría un paso más sino iría también
su Presencia. ¿Qué vas a hacer vos? No te conformes con sobrevivir, Jesús vino
a dar vida en abundancia y dijo “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a
quien has enviado.” (Juan 17:3, énfasis añadido) Tomate un momento para reflexionar
en como estas, pero recorda que Dios nunca rechaza un corazón contrito y
humillado.
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