MI ROPA FAVORITA
Si alguna vez has tenido un traje o
camisa o cualquier tipo de ropa favorita, vas a saber de lo que hablo. Me
refiero a esa prenda que está muy guardada en el closet y es como una lucha
porque te encanta y te la queres poner pero al mismo tiempo no queres usarla
demasiado… o llegas al punto que nunca te la pones porque es tan especial que
ninguna ocasión es lo suficientemente buena como para usarla. Al fin y al cabo
lo importante es ponérsela.
Tal vez ese ejemplo sea un poco
insignificante, pero lo que sí es importante es que las cosas que hacemos, al
igual que la ropa que nos ponemos, depende de nosotros. Hay un par de
versículos muy buenos en Efesios que hablan de esto:
Desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y
de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el
engaño. En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las
actitudes. Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de
Dios, quien es verdaderamente justo y santo. (Efesios 4:22-24, NTV subrayado
añadido)
Primero nota que nos ordena deshacernos para luego ponernos algo en su
lugar. No podemos usar dos trajes al mismo tiempo. Y segundo nota que Dios nos
pide sólo aquello que está a nuestro alcance. Pero a veces, aun teniendo la
mejor ropa, escogemos la peor prenda solo por comodidad o por no tomarnos el
costo de limpiar (planchar, arreglar) la ropa buena. Es más fácil andar en los
viejos pecados, ser perezoso con la voluntad de Dios y no hacer aquellas cosas
que son realmente justas y santas. ¿Pero qué tenemos que quitarnos para ponernos
lo bueno en su lugar? Efesios lo aclara:
Así que dejen de
decir mentiras. Digamos siempre la verdad a todos porque
nosotros somos miembros de un mismo cuerpo. Además, «no pequen al dejar que el enojo los controle». No permitan que el
sol se ponga mientras siguen enojados, porque el enojo da lugar al diablo. Si eres ladrón, deja de robar. En cambio, usa tus manos en un buen trabajo digno y luego comparte generosamente con
los que tienen necesidad. No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que
todo lo que digan sea bueno
y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las
oigan. No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que
viven. Recuerden que él los identificó como suyos, y así les ha garantizado que serán salvos
el día de la redención. (Efesios 4:25-30, NTV énfasis añadido)
Creo que las negritas y los resaltados
dejan bien claro lo que no debemos hacer y lo que sí tenemos que hacer. Por eso
sólo creo necesario mencionar lo subrayado en el primer versículo y este
último. Vos como cristiano le perteneces a Dios, dice la Palabra que ¡¡somos
suyos!! Pero así de salvos como somos, todavía podemos hacer cosas que
entristecen al Espíritu Santo. Y esto nos dice que Él realmente nos ama: porque
sólo alguien que nos ama se pondría triste con algo malo que hagamos, el que no
nos ama es indiferente a lo que hacemos. Pero Dios Espíritu Santo nos ama
demasiado.
Y si realmente queres hacer sólo lo que
le agrada necesitas su ayuda. Porque al principio leíamos que tenemos que dejar
que Él nos renueve los pensamientos. De eso se trata. He escuchado de chavas
que deciden (en su mente) que se van a poner desde el día anterior. Porque no
nosotros como cristianos desde el día anterior decidimos como vamos a vivir el
día siguiente, la próxima hora, y hacemos (con la ayuda del Espíritu Santo) lo
que le alegra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario