SOMOS LA
LUZ
LEER MATEO 5
Vosotros
sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede
esconder.15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de
un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en
casa.16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres,
para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en
los cielos. (Mateo 5:14-16)
Confieso que he leído estos
últimos versículos al menos 10 veces (sin exagerar) y he predicado o enseñado
de ellos al menos unas 5 veces (en serio!). Sin embargo esta semana, leyendo un
libro, llegué a comprender algo que aún no sabía y eso es lo que quiero
compartir.
¿Te acordas cuando te enseñaron
los antónimos en español? Por si acaso, son palabras que expresan ideas
opuestas o contrarias. Probablemente te enseñaron los comunes como grande y
pequeño, feliz y triste, luz y oscuridad, etc. No me quiero meter a problemas
con tu maestro de español, pero el último ejemplo no son verdaderos antónimos.
Porque los antónimos son opuestos y los opuestos se dan cuando dos objetos se
impiden mutuamente. Mientras más te alegras menos triste estás o viceversa.
Pero con la luz y la oscuridad, si se enfrentan, siempre gana la luz. La
oscuridad sólo es un lugar donde no ha llegado la luz, pero una vez que llega
ya deja de haber oscuridad y el más pequeño rayo de luz puede acabar con la
oscuridad más densa.
Por eso la enseñanza de Jesús en
Mateo no era acerca de la luz contra la oscuridad, ni siquiera menciona la
oscuridad. Su enseñanza era que la luz no debe ser escondida sino puesta donde
en verdad pueda alumbrar a todos. Nosotros somos la luz del mundo y si brillamos,
no hay tinieblas que puedan resistir. El diablo sabe esto, entonces va a
intentar de todas las maneras que nos escondamos debajo de la mesa donde no
podemos alumbrar a nadie.
Una forma común es a través de la
presión de grupo. Si tal vez podrías hablar palabras de bendición para otros
pero como todos hablan de una forma y de ciertos temas, te callas y ahí la luz
no llegó a las tinieblas por pena. Otra forma es el miedo cuando Dios te llama
a hacer algo pero pensas que no lo vas a poder lograr. O tal vez tenés dudas
porque consideras tus debilidades o tu pasado. Pero tenés que mostrar tu luz y
dejar la pena, el miedo o las dudas atrás porque el mundo necesita luz desesperadamente.
Tus amigos necesitan a Jesús, tus compañeros, tu familia, tu entorno también. ¿Qué
vas a hacer? ¿Te vas a esconder o vas a brillar con valentía delante de los
demás? Ellos necesitan tu luz.
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