miércoles, 11 de julio de 2012

Reflexion Miercoles 11 de julio


Leer Juan 21: 15-17

Este capitulo ilustra la manifestación de Jesús, después de su muerte y resurrección, a algunos de sus discípulos mientras volvían a sus antiguas vidas. Después de haberles preparado el desayuno, el versículo 15 nos dice: “Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, me amas mas que estos?” Aquí viene la parte interesante. Jesús uso la palabra “Agape” para su concepto de amor, que quiere decir un amor incondicional, en el que el que ama tiene en cuenta solo el bien del amado. Jesús dijo: “Me amas incondicionalmente hasta donde se puede?” pero Pedro respondió: “Te quiero”. Pedro uso una palabra que se refiere a un amor menor “Fileo” que es el amor o afinidad entre amigos. Y así fue la segunda vez, Jesús dijo a Pedro: “Me amas incondicionalmente?” y Pedro seguía diciendo: “Te quiero mucho”, en ves de usar la misma palabra que Jesús usaba. Me pongo a pensar y creo que la razón por la que Pedro seguía diciendo “te quiero” era porque, así como muchos de nosotros, creía que si decía “te amo incondicionalmente” Jesús le diría: “aja, si me amas tanto porque no me obedeces, porque no guardas mis mandamientos, porque me fallas una y otra vez, porque no hablas conmigo ni lees mi Palabra?”
La tercera vez Jesús volvió a preguntarle lo mismo, Pedro se entristeció porque Jesús cuestionaba su amor y le dijo: “Señor, tu lo sabes todo; tu sabes que te amo”. Y fue en este momento en el que Pedro muy sinceramente utilizo la palabra “ágape”, Pedro sabia de la omnisciencia de Jesús, y pienso que le dijo, Señor tu conoces mi corazón, se que con todas mis fallas y pecados no demuestro mi amor hacia ti, pero mi corazón si te ama incondicionalmente.
Sabes que le dijo Jesús a Pedro? Al hombre que ni siquiera podía decir que lo amaba con amor infinito, que no podía obedecer, que no podía permanecer despierto en la oración, que metía la pata casi siempre, al revoltoso, al que casi se ahoga cunado pudo haber caminado con Jesús sobre el agua, al que le negó tres veces hasta maldecir; le dijo “Te necesito para mi obra”.
Si Jesús no fuera omnisciente habría muchos días en que no sabría que lo amo, porque muchas veces no lo demuestro. Pero si Dios ve en nuestro corazón disposición para obedecer, aunque a veces fallemos, nos considerara obedientes. Debemos tener siempre para el una respuesta positiva, un espíritu dispuesto y aunque la carne es débil, Dios esta dispuesto a pasar por alto esas fallas, si demostramos compromiso y obediencia a el en nuestro corazón. Esto es lo que Dios busca y el perfecciona la obra en nosotros. Nuestro Señor nos ama sin condiciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario