Hace unas
semanas empezamos a descubrir un poco más la naturaleza de Dios revelada a
través de sus muchos nombres. Ya hemos conocido a Dios como
·
Jehová
Jireh: Dios mi Proveedor
·
Jehová
Shalom: Dios mi Paz
·
Jehová
Nissi: Dios mi Estandarte
·
Jehová Raah: Dios mi Pastor
Hoy vamos a conocer a Dios como…
Jehová-Rafá
E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y
salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar
agua.
23 Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de
Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.
24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué
hemos de beber?
25 Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol;
y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y
ordenanzas, y allí los probó;
26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu
Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus
mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que
envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
Éxodo 15:22-26
La primera vez que encontramos a Dios revelándose así
mismo como Jehová Rafá los israelitas acababan de ser liberados de la
esclavitud de Egipto y habían experimentado el poder de Dios al partir el Mar
Rojo en dos. Su euforia por el milagro del que habían sido testigo pronto fue
cambiada por quejas al encontrarse sedientos y sin agua disponible de donde
saciarse. Luego de convertir (sanar)el agua amarga en agua dulce, en medio de
su amargura y su dolor, el Señor se manifiesta a ellos como Jehová
Rafá- Jehová tu sanador.
La palabra hebrea “rafá” significa restaurar, sanar o
curar. Pero ¿de qué necesitamos ser sanados? En un momento de su vida David le pidió
a Dios restauración o sanidad en tres áreas:
Salmos 6:2-3
Emocional: Tenme compasión, Señor, porque desfallezco;
Física: Sáname,
Señor, que un frío de muerte recorre mis huesos.
Espiritual: Angustiada
está mi alma; ¿hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?
Sanidad emocional. El dolor emocional causado por el abuso, la mentira,
la traición, el desamor, la injusticia, etc. puede llegar a ser tan doloroso e
insoportable como cualquier dolencia física, y, en algunos casos, puede ser la
causa misma de una enfermedad del cuerpo. Jehová Rafá se interesa por los
asuntos del corazón. La Biblia dice que “El sana a los quebrantados de corazón,
y venda sus heridas” (Salmos 147:3).
Sanidad física. La enfermedad física es
algo que todos experimentamos en algún momento de nuestra vida, ya sea en
nuestros propios cuerpos o a través de una persona que amamos. La Biblia esta
llena de ejemplos del toque sanador de Dios. Por ejemplo, en 2 Reyes 20 encontramos
al rey Ezequías enfermo y a punto de morir. Mira lo que pasó como resultado de
su intercesión: “Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu
oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano…Y añadiré a tus días
quince años” (2 Reyes 20:5-6)
En sus cortos tres años de ministerio también vemos a Jesús
invirtiendo una buena cantidad de tiempo sanando enfermedades del cuerpo.
Sanidad espiritual. Esta es por mucho el área de sanidad o restauración
que más le interesa a Dios. Sin Jesús, las noticias por nuestra condición espiritual
decaída por el pecado son desalentadoras: “Porque la paga del pecado es muerte…” (Romanos 6:23a). Pero Jehová Rafa
ve nuestra enfermedad espiritual y a proveído restauración por medio del
sacrificio de Jesús en la cruz: “…mas la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 6:23b), y es Su sangre sanadora la que
nos limpia de todo pecado (1 Juan 1:7).
¿Estás en necesidad de conocer a Dios como Jehová
Rafá, Dios tu sanador? Está bien consultar a los profesionales en busca de
ayuda física o emocional, muchas veces Dios provee sanidad a través de la
medicina y de estas personas estudiadas. Pero nunca olvides consultar con el médico
por excelencia. ¡Él puede sanar tu cuerpo, tu espíritu y tu corazón!
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados;
el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Isaías 53:5
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