miércoles, 1 de enero de 2014

Abrí la puerta - 1 de enero 2014

Primero de enero, una fecha importante y una de las más apropiadas para nuevos comienzos. La verdad ya no iba a escribir esta reflexión porque es algo tarde y de repente no muchos la iban a leer pero me recordé que es primero de enero y quiero empezar bien el año responsablemente. Me pregunto cuántos de ustedes empezaron con esa lista de metas o tomaron alguna determinación. Cuantos tal vez ya se rindieron. No voy a hablar de las metas y propósitos, de eso hemos estado escuchando bastantes buenos mensajes para aplicar en vez de añadir más contenido. En vez de eso quiero compartirles algo mío personal que empecé el año pasado.

Escuché que una buena práctica para no complicarse mucho en el nuevo año es enfocarse en una palabra y un versículo. Osea, primero definís que querés en este año con Dios y luego escoges una palabra y un versículo que vaya con eso. Les voy a contar que mi palabra para este año es "intimidad". El año pasado era "responsabilidad" y me fue mas o menos con eso, pero este año más que hacer las cosas bien, quiero profundizar en mi relación con Dios entonces escogí esa palabra y el versículo que lo define para mí es Apocalipsis 3:20

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Tal vez haya otros versículos más apegados pero yo escogí este porque engloba lo que sucede con Jesús y nosotros. Ese versículo fue escrito para una iglesia que tenía muchas riquezas externas y se miraba impresionante, pero por dentro se estaba muriendo, no conocían verdaderamente a Jesús; eran tibios con Dios porque aceptaban ciertas cosas de Él pero no todo. Se parece mucho al cristianismo de hoy en día. Se parece a muchos de nosotros. Leo nos resumía ayer que algo que vimos en el 2013 es la importancia de cerrar las puertas al enemigo, pues hoy tenemos que estar conscientes también de la importancia de abrir la puerta a Jesucristo. Y para resumir lo que eso significa voy a resaltar los puntos de ese versículo:
  1. Jesús está a la puerta de tu vida y te está llamando. Esa es una promesa, eso quiere decir que no importa lo malo que has sido y cuantas veces lo has intentado y fallado, Él está ahí afuera todavía y está tocando.
  2. Vos tenes que escuchar. Para eso tenes  que hacer un lado las distracciones, no se vale orar a medias, tenes que concentrarte en Él y vas a escuchar como te llama por tu nombre.
  3. Vos tenés que abrir la puerta. Esto cuesta porque tan pronto le abrís la puerta sabes que le das derecho de entrar a cualquier área de tu vida. Hay algunas áreas que necesitan una buena barrida, hay otras que tenemos bien escondidas, y hay otras en las que definitivamente no queremos que Jesús se meta con nosotros. Pero, ¿no es mejor dejarlo entrar y que ponga algunas cosas de cabeza a seguir con cómodos pero conscientes que Jesús está afuera? 
  4. Entonces Cristo va a entrar y van a cenar juntos. Me gustaría ver que Cristo me sirva el pan como lo hacía con sus discípulos, de repente tengo el privilegio escuchar alguna parábola que otra, pero lo más importante es que voy a estar con Él y esa es una promesa que Él está haciendo al que escucha y abre. No importa lo que implique, no importa lo que cueste. 
En este 2014, yo quiero a Cristo en mi vida más que cualquier otra cosa. Se que ya me salvó y soy hijo de Dios por gracia, pero también quiero que Cristo sea el Señor de mi vida, eso es abrirle la puerta a Él.

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