¿QUÉ ESPERA
DIOS DE MÍ?
Cuando pecare en alguna de estas cosas, confesará aquello
en que pecó, 6y para su expiación traerá a Jehová por su pecado que
cometió, una hembra de los rebaños, una cordera o una cabra como ofrenda de
expiación; y el sacerdote le hará expiación por su pecado. 7Y si no
tuviere lo suficiente para un cordero, traerá a Jehová en expiación por su
pecado que cometió, dos tórtolas o dos palominos, el uno para expiación, y el
otro para holocausto. 11Mas
si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas, o dos palominos, el que pecó
traerá como ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina para expiación.
No pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella pondrá incienso, porque es
expiación. (Levíticos 5:5-7,11)
Esta reflexión está basada en un
artículo que leí que está muy bueno y quiero compartirlo con ustedes. En el
antiguo testamento, cada sacrificio estaba bien especificado. Pero cuando
alguien pecaba contra Dios el sacrificio tenía algo así como que una escala a
seguir. Cualquiera pensaría que la escala para sacrificios era en base a la
gravedad del pecado, pero no. En Levíticos se menciona que el sacrificio era en
base a la capacidad de la persona. Si alguien tenía suficiente para poner un
cordero, eso le tocaba; pero si sólo podía dos tórtolas (aves) entonces eso; y
si ni eso, entonces con lo que pudiera.
Esto es muy significativo porque Jesús
reiteró el mismo principio:
Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no
se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. 48Mas
el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado
mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le
pedirá. (Lucas 12:47-48, énfasis añadido)
Dios no espera que todos seamos como
Pablo o como Billy Graham; pero espera que hagamos lo que Él nos dio la
capacidad de hacer. Él te ha dado dones, talentos y muchas oportunidades para
que le sirvas. También te ha dado poder para tener la victoria sobre tus
tentaciones y la fortaleza en tus debilidades. Dios nos no nos va a preguntar
por los mares que no abrimos o los muertos que no resucitamos (a menos que te
haya llamado a eso); pero si nos va a preguntar por los amigos que tuvimos que
no les predicamos, por los prójimos quienes no amamos, por los talentos que
enterramos.
No esperes a estar en una plataforma
con un micrófono para predicar, o ser el gerente de una empresa para donar a
los necesitados, o tener a tus hijos
para amarlos. Predica y bendice hoy a los que están a tu alrededor; ayuda a los
compañeros o vecinos que tienen necesidad; ama a tus padres/hermanos que te
irritan. No quieras ser Moisés, David o Pedro. Sé la mejor versión de vos mismo
que podas ser, honra a Dios con lo que tenés ya y con la oportunidad que
tengas hoy; y vive a tu máximo potencial. Eso es lo que Dios espera de
vos.
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