sábado, 23 de marzo de 2013

Reflexión sábado 23 de marzo de 2013


COMO NIÑOS

Por ese tiempo, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: —¿Quién es el más importante en el reino del cielo? 2Jesús llamó a un niño pequeño y lo puso en medio de ellos. 3Entonces dijo: —Les digo la verdad, a menos que se aparten de sus pecados y se vuelvan como niños, nunca entrarán en el reino del cielo. 4Así que el que se vuelva tan humilde como este pequeño, es el más importante en el reino del cielo. 5»Todo el que recibe de mi parte a un niño pequeño como éste, me recibe a mí. (Mateo 18:1-5)

Jesús rara vez daba discursos o predicas largas sobre enseñanzas. La mayoría de veces enseñaba en el momento y casi siempre los discípulos le daban muchas oportunidades de enseñar. En esta ocasión los discípulos estaban discutiendo acerca de cómo ser el mayor. Es normal que pregunten eso porque los seres humanos tenemos algo que se llama ambición y queremos sobre salir. Personalmente yo me emociono pensar en las grandes cosas que podría hacer para Dios. Claro, quiero llegar lejos y todo para su horna y su gloria. Pero Jesús enseño que ese no debe ser el enfoque. Debe ser la humillación.

¿Por qué usó un niño como ejemplo? Hay tres características que tienen los niños que son las que Cristo nos llamó a ser así:

1.    Humildad

El niño sabe de sus limitaciones entonces no trata de hacerlo todo. Siempre tiene ese espíritu aventurero pero conoce que no puede hacerlo todo. Esto también implica tratar a todos por igual. Los niños no diferencian entre posiciones o talentos. Ellos son como son con todos y así tenemos que ser nosotros.

2.    Confianza

Es ese “conocer nuestras limitaciones” lo que nos mueve a depender de alguien mayor. No hay nadie mayor que Cristo y somos llamados a saber nuestras limitaciones pero confiar en ellas Cristo nos ayuda y nos lleva donde no podríamos llegar por nuestros medios. Incluso los niños tienen esa confianza que se tiran sobre sus padres sabiendo que ellos los van a agarrar. ¿Te tiras así en las manos de Dios? ¿Das los pasos de fe confiando que Dios tiene el control de todo?

3.    Toma en serio lo que un grande dice

Un niño cree ciegamente lo que su mamá o papá le dicen. No le ponen duda, lo que dice papá es la verdad y si alguien dice lo contrario miente. A medida crecemos nos volvemos temerosos, dudamos mucho porque conocemos la naturaleza pecaminosa de otros o la nuestra propia. Pero Dios no es como nosotros. El no miente y siempre…SIEMPRE cumple TODO lo que dice. Así que si Dios dice algo de nosotros o dice algo que hará por nosotros, así será. Si alguien (aun nosotros mismos) dice lo contrario, miente. Esa fe es la que Cristo llamaba a los discípulos y nos llama a nosotros a tener. Seamos como niños, creámosle todo a Papá.

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