SEQUÍA ESPIRITUAL
LEER JUAN 21
Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me
amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le
respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo:
Apacienta mis ovejas.18 De
cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde
querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te
llevará a donde no quieras.19 Esto dijo, dando a entender con qué
muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme. Juan 21:17-19
¿Alguna vez has tenido un tiempo difícil como cristiano?
Esas veces cuando parece que las oraciones no suben del techo, cuando no tienes
animo de orar ni leer la Biblia y parece que por más que sepas que Dios te ama
y tiene un propósito para tu vida, no lo sientes así. Pedro estaba así. Le
había fallado a su maestro luego de seguirlo por tres años y andaba por un
tiempo de sequía espiritual. Hasta había vuelto a su antiguo trabajo como
pescador y la promesa de que sería pescador de hombres quedaba como un recuerdo
en su memoria plagada de desesperanza. Pedro ya sabía que Jesús había
resucitado, lo había visto ya dos veces pero por alguna razón no se había podido
levantar y seguía con su vida como si los últimos tres años nunca hubieran
pasado.
Intentando pescar algo con sus amigos estaba cuando se
apareció Jesús en la orilla. Pero Pedro no lo reconoció, tuvo que venir Juan a
decirle que era el Señor para que él se diera
cuenta que Cristo estaba ahí para cambiar las cosas. Y en el encuentro
con Jesús pasaron varias cosas milagrosas para Pedro:
- Jesús le dio de comer
- Jesús volvió a encomendarlo con su misión
- Jesús declaró que sería un hombre nuevo
Tal vez el detalle que Jesús le preparó un pescado parezca
insignificante, pero los pescados los traían en la barca, ¿de dónde lo
consiguió Jesús? No sabemos, pero el hecho es que Jesús alimentó a Pedro cuando
venía cansado y agotado porque incluso cuando le fallamos, Él nos recibe para
darnos aliento y sustento, no para reclamarnos.
Luego viene Cristo y le dice a Pedro de diferentes maneras
que cuide de la iglesia. Con esas diferentes palabras: corderos, ovejas,
apacienta, pastorea.. Jesús encomienda a Pedro de cuidar de los nuevos
cristianos y de enseñar también a los cristianos maduros. En otras palabras, no
sólo le recuerda su misión de ser pescador de hombres, sino que le especifica
como cumplirlo y le encarga algo más grande porque aunque Pedro había fallado,
la obra de Dios apenas venía comenzando en Él y así también con nosotros.
Y finalmente, Jesús declaró que Pedro era un hombre
completamente nuevo. Tal vez no leas eso exactamente en el pasaje… Pero Cristo
viene y le dice a Pedro como va a morir, le dice que lo van a ceñir y lo van a
llevar donde él no quiere. Ahora, ¿qué llevó a Pedro a negar a Jesús? Precisamente
el temor de que se lo llevaran con Cristo y lo condenarán también a Él por ser
discípulo. Pero el nuevo Pedro, ahora iba a terminar entregando su vida hasta el punto que lo
llegaron a condenar a muerte y por ser apóstol. Desde ese encuentro con Jesús,
Pedro nunca fue el mismo temeroso y cobarde de antes.
Así como Cristo estuvo por Pedro, está hoy por ti. Quiere
sustentarte, quiere recordarte tu propósito, pero sobre todo quiere encontrarse
contigo y eso va a cambiar tu vida… para siempre.
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