viernes, 11 de octubre de 2013

Reflexión viernes 11 de octubre de 2013

Esa iglesia

En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. (Hecho 1:1,4)

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados 3y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. (Hechos 2:1-4)

Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. 41Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. 42Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. 43Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. (Hechos 2:41-47)


Creo que la Palabra habla suficiente por sí sola y si queres saber más, te recomiendo leer Hechos capítulos 1 y 2 detenidamente. Pero quiero reflexionar en algunos puntos previo a la vigilia de hoy (si no vas, igual lo necesitas leer). A mí siempre me ha impresionado la  iglesia primitiva. Es tan increíble solo pensar que unos cuantos muchachos, que 50 días atrás estaban desperdigados para no ser acusados con su Maestro, ahora se unen (no sólo los 12 discípulos, sino 120 personas) y predican, y se convierten 3000 a Jesús, y toda persona del pueblo tiene temor de ver estas señales y hasta lo impensable: los cristianos empiezan a dar de su dinero, propiedades y bienes para compartirlo con otros voluntariamente. Ahora, regresemos al presente en Honduras, pensemos en la violencia, la avaricia, y cualquier otro mal que esté pasando… ¿serían las cosas iguales si ESA IGLESIA estuviera hoy aquí? Yo creo que no. Pero la buena noticia, es que tanto esa iglesia como está de hoy tienen la misma cabeza: CRISTO JESÚS. Entonces, propongo que miremos  a esa iglesia para imitar, porque realmente nosotros venimos de ellos y a la larga somos una misma iglesia, somos igual de escogidos que ellos, somos igual de llamados a cambiar nuestro mundo. Hay tres cosas que resaltar:

  1. Ellos fueron obedientes: esperaron como Jesús les dijo “en Jerusalén” y no se movieron hasta que llegó la promesa. Es más importante seguir las instrucciones (de Dios) que hacer sacrificios, esto lo vemos una y otra vez en toda la Biblia, si ellos hubieran corrido a predicar desde antes no hubieran tenido los frutos que tuvieron.
  2. Eran llenos del Espíritu Santo: esto  no quiere decir que “tenían más del Espíritu” tanto ellos como nosotros tenemos al Espíritu completamente, esto quiere decir que el Espíritu tenía más de ellos, en otras palabras, que ellos sometían sus vidas a Su dirección, a hacer  la voluntad de Dios, a predicar el evangelio- porque esta es la señal más grande de  una vida llena del Espíritu, una persona que testifica (predica).
  3. Estaban unánimes: sobresalen algunos nombres, pero la iglesia era las personas que prestaban sus casas, otros que lideraban, otros que servían, otros que cuidaban a las viudas y todo lo hacían trabajando juntos, en amor.


¿Qué va a pasar cuando en el MJP hagamos estas cosas? ¿Qué va a pasar cuando dejemos nuestros deseos personales y nos sometamos a la  voluntad de Dios? ¿Qué va a pasar cuando nos unamos como un solo cuerpo, cuya cabeza es Cristo y hasta pongamos las necesidades de otro antes que las propias?


Hoy tenemos la oportunidad de ir a compartir juntos y unánimes. Es un tiempo para entregarle cosas al Señor, para decirle al Espíritu Santo que el gobierne en nuestras vidas, para disfrutar juntos de la Presencia de Dios y tener comunión unos con otros. Seamos esa iglesia. 

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