Mi Mejor
Amigo
Yo los he amado a ustedes tanto como
el Padre me ha amado a mí. Permanezcan en mi amor. 10 Cuando obedecen mis mandamientos,
permanecen en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y
permanezco en su amor.11 Les he dicho estas
cosas para que se llenen de mi gozo; así es, desbordarán de gozo. 12 Éste es mi mandamiento: Ámense unos a
otros de la misma manera en que yo los he amado.13 No hay un amor más
grande que el dar la vida por los amigos. 14 Ustedes son mis amigos si hacen lo
que yo les mando. 15 Ya no los llamo esclavos, porque el
amo no confía sus asuntos a los esclavos. Ustedes ahora son mis amigos, porque
les he contado todo lo que el Padre me dijo. 16 Ustedes no me eligieron a mí, yo los
elegí a ustedes. Les encargué que vayan y produzcan frutos duraderos, así el
Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre. 17 Este es mi mandato: ámense unos a otros.
Juan 15:9-17
Hoy quiero
hablarles de mi mejor amigo. Si lo conocen probablemente están tan enamorados
de Él como yo. Nuestra historia de amistad se remonta a mi niñez. Desde pequeña
había escuchado hablar de lo maravilloso que era. Como a los 6 años acepté su “solicitud
de amistad” (debo confesar que no recuerdo con exactitud cuando fue) y nos
empezamos a llevar bien, aunque todavía no éramos los amigos más cercanos. Fue
hasta en mi adolescencia cuando de verdad nos volvimos íntimos. Todavía
recuerdo el campamento en que le dije “hoy sí, está amistad va en serio” y
empezamos a relacionarnos y a hablar todos los días. Mi diario se empezó a
llenar de todo lo que me decía y como su compañía me traía aliento.
Pero déjenme contarles
un secreto, esta no es una amistad cualquiera. Es una amistad condicional. Para
poder ser su amiga tengo que obedecer todo lo que Él dice (v. 14). Puede que
suene pesado, pero una vez lo empiezas a conocer y empiezas a experimentar lo
que Él proporciona a la amistad, obedecer se vuelve más fácil. Es más, puedo
decir con confianza que Él es el amigo perfecto. Tengo varias razones para dar
este argumento con seguridad: Él es el tipo de amigo que toma la iniciativa, Él
me eligió a mí y no al contrario (v. 16). A Él le encantan las muestras de amor
y ama sin condición. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos…y
eso fue exactamente lo que Él hizo por mi (v. 13). Él confía en mí al punto de contarme
todo lo que su Padre le dice y encomendarme responsabilidades importantes
(v.15). Él es mi ejemplo a seguir en todo, incluyendo en el asunto que les
comenté de la obediencia. Él no me pide nada que Él mismo no haya hecho primero
(v. 10).
¡En fin! Podría
hablarles horas y horas sobre mi mejor amigo y de todo lo que hemos vivido
juntos. ¡Cada vez que estoy con Él siento que mi corazón estalla de alegría, de
gozo (v. 11)! Si alguno de ustedes lo conoce como yo, seguro saben a lo que me
refiero.
Ahorita que lo
pienso, no les he dicho su nombre. Mi mejor amigo se llama Jesús.
Y tú, ¿ya
aceptaste Su solicitud de amistad?
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