viernes, 8 de febrero de 2013

Reflexión viernes 8 de febrero de 2013


EL MÁS GRANDE
LEER SALMO 46

Bramaron las naciones, titubearon los reinos; dio él su voz, se derritió la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. (Salmo 46:6-7)
Hay momentos que parecen desesperantes. Vivimos en un mundo lleno de pecado que nos asustamos de pensar en la situación cada vez más inmoral. También nos da temor por la violencia pero la Palabra de Dios siempre ofrece una respuesta. El salmo 46 describe a nuestro Dios. No describe los ejércitos poderosos que eran enemigos de Israel, no cuenta las muertes o el dolor; se enfoca en contar del Dios todopoderoso:

1.    Dios es más poderoso

Dice el salmo que los reinos, aquellos dominios que tienen poder, titubearon. Hoy sucede lo mismo. Las naciones poderosas se asustan por las crisis económicas, hacen tratos internacionales y cambian sus tradiciones. Pero la tierra se derrite cuando Dios habla y esa debe ser nuestra esperanza. Todo cambia con la mínima palabra de la boca de Dios y nosotros como hijos de Dios tenemos que pedirle a Él que hable y cambie las cosas.

2.    Dios es nuestro refugio

Si basamos nuestras emociones en la economía, en la política o en los deportes  un día vamos a estar bien y otro vamos a estar tristes o enojados. Pero si Dios, el que nunca cambia, el que fue, es y será; es nuestro fundamento entonces no tenemos qué temer porque aun las cosas duras y dolorosas que pasemos, encontraremos en Él esa fortaleza. Jesús trató de recoger a Jerusalén como la gallina junta sus polluelos, pero Jerusalén no quiso. De nosotros depende que San Pedro Sula se deje recoger por Jesús.

¿Qué podemos hacer?

Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. (Salmo 46:10)
Dios es el Todopoderoso y es el Refugio que nos brinda paz. Pero si vivimos de manera acelerada, corriendo de arriba abajo, preocupándonos, leyendo todos los periódicos en vez de leer más la Biblia no vamos a reposar en el Gran Dios que tenemos. Si quieres experimentar esa paz, necesitas estar en paz con Dios; quédate en quietud ante Dios, estudia su grandeza más que los detalles de los problemas. Porque al final, Él será exaltado y enaltecido, su Nombre permanecerá y Él que en Él confía permanecerá para siempre. Habla de tus temores con Él, que nos quiere recoger bajo sus alas, ahí estaremos seguros. 

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