EL MÁS GRANDE
LEER SALMO 46
Bramaron
las naciones, titubearon los reinos; dio él su voz, se derritió la tierra.
Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.
(Salmo 46:6-7)
Hay momentos que
parecen desesperantes. Vivimos en un mundo lleno de pecado que nos asustamos de
pensar en la situación cada vez más inmoral. También nos da temor por la
violencia pero la Palabra de Dios siempre ofrece una respuesta. El salmo 46
describe a nuestro Dios. No describe los ejércitos poderosos que eran enemigos
de Israel, no cuenta las muertes o el dolor; se enfoca en contar del Dios
todopoderoso:
1. Dios es más poderoso
Dice el salmo
que los reinos, aquellos dominios que tienen poder, titubearon. Hoy sucede lo
mismo. Las naciones poderosas se asustan por las crisis económicas, hacen
tratos internacionales y cambian sus tradiciones. Pero la tierra se derrite
cuando Dios habla y esa debe ser nuestra esperanza. Todo cambia con la mínima
palabra de la boca de Dios y nosotros como hijos de Dios tenemos que pedirle a
Él que hable y cambie las cosas.
2. Dios es nuestro refugio
Si basamos
nuestras emociones en la economía, en la política o en los deportes un día vamos a estar bien y otro vamos a estar
tristes o enojados. Pero si Dios, el que nunca cambia, el que fue, es y será;
es nuestro fundamento entonces no tenemos qué temer porque aun las cosas duras y
dolorosas que pasemos, encontraremos en Él esa fortaleza. Jesús trató de
recoger a Jerusalén como la gallina junta sus polluelos, pero Jerusalén no
quiso. De nosotros depende que San Pedro Sula se deje recoger por Jesús.
¿Qué podemos
hacer?
Estad
quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones;
enaltecido seré en la tierra. (Salmo 46:10)
Dios es el
Todopoderoso y es el Refugio que nos brinda paz. Pero si vivimos de manera
acelerada, corriendo de arriba abajo, preocupándonos, leyendo todos los
periódicos en vez de leer más la Biblia no vamos a reposar en el Gran Dios que
tenemos. Si quieres experimentar esa paz, necesitas estar en paz con Dios;
quédate en quietud ante Dios, estudia su grandeza más que los detalles de los
problemas. Porque al final, Él será exaltado y enaltecido, su Nombre
permanecerá y Él que en Él confía permanecerá para siempre. Habla de tus
temores con Él, que nos quiere recoger bajo sus alas, ahí estaremos seguros.
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