¿Cuando fue la ultima vez que le pediste algo a Dios pensando menos en lo difícil que era que eso sucediera y mas en el mismo poder de Dios para encargarse de tu situación?
Me ha pasado muchas veces y se que a algunos de ustedes también. Si tenemos una situación económica difícil en casa, pareciera que tenemos mas fe en que lo peor sucederá. Si se nos presenta algún síntoma en nuestro cuerpo inmediatamente pensamientos negativos llenan nuestra mente.
No hay duda que necesitamos aprender a ser mas dependientes de Dios que de las circunstancias. Lo escuchamos muchas veces en las predicaciones, otras veces te lo dice un amigo o alguien en tu familia o simplemente lo lees en una reflexión como esta, pero parece que de ninguna forma logramos que nuestra fe este puesta en nuestro Dios.
La Biblia dice en Filipenses 4:6 lo siguiente:
''No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que El ha hecho.''
Es comprensible que como humanos nos preocupemos por alguna situación adversa, pero Dios nos dice en su palabra que antes que esos pensamientos dominen nuestro estado emocional le entreguemos todo a El.
La próxima vez que una situación difícil te haga dejar puertas abiertas para que el enemigo te distraiga con pensamientos negativos acerca del futuro, abre tu corazón a Dios, dile claramente como te sientes y veras como El comienza a aumentar tu fe.
El versículo 7 del mismo libro añade lo siguiente:
''Así experimentaran la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidara su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.''
Si Dios lo promete en Su Palabra ten por seguro que sucederá. Tal vez no podamos evitar que vengan situaciones adversas a nuestras vidas o preocuparnos por ellas, pero como hijos de Dios tenemos promesas que nadie, ni aun el diablo, puede quitarnos.
Toma las promesas de tu Padre celestial, búscale de todo corazón y El comenzara a obrar en medio de cualquier situación. No permitas que nada te quite la paz que el pone en tu corazón y mientras esperas su respuesta, permitele moldearte.
No es fácil quitar nuestra mirada de lo que nos rodea, pero aun en la peor de las situaciones: Pon tus ojos en Jesús!
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