FIEL HASTA LA MUERTE…
“Porque de tal manera amo Dios al mundo que dio a su hijo unigénito para
que todo aquel que en el cree, no se pierda mas tenga vida eterna… Juan 3:16”
"Los
anales de la historia humana registran unos cuantos casos de gente que estuvo dispuesta
a entregar la vida por causa de sus amigos.
La
historia de Damón y Fintias, que era muy famosa en el mundo grecorromano. Esto
dos hombres vivían en Sicilia en el siglo IV antes de Cristo. Dionisio, el
Antiguo, tirano de Siracusa, había decretado que Fintias debía morir cierto
día. El condenado rogó que mientras esperaba el día de la ejecución se le
permitiera visitar a su familia y poner su casa en orden. Dionisio accedió al
pedido con la condición de que alguien estuviera dispuesto a morir en su lugar.
Damón
oyó acerca de las condiciones impuestas por el tirano, y se ofreció
voluntariamente a morir en el caso de que su amigo no regresara en el día
señalado. Cuando llegó la fecha, Fintias no apareció. Lo que Damón no sabía era
que el barco de Fintias había sido detenido por vientos contrarios.
Cuando
Damón ya estaba en el cadalso, se le permitió dirigir algunas palabras a los
espectadores. Reafirmó su inquebrantable amistad por Fintias y declaró
enfáticamente que no se arrepentía de nada. Estaba seguro de que su amigo había
hecho todo lo posible para regresar.
Cuando
el verdugo se preparaba para realizar su tarea, se vio a un jinete que galopaba
a toda velocidad en dirección del lugar de la ejecución. Al aproximarse todos
escucharon a Fintias que decía en alta voz: "¡Detengan la
ejecución!". Cuando llegó hasta el lugar, saltó de su caballo y sin más
cermonia trepó al cadalso donde se encontraba Damón. Abrazándolo le dijo:
"Me alegro de haber llegado a tiempo. Tú has sido fiel hasta la
muerte". A lo que Damón respondió "Fintias, puesto que no puedo morir
para salvarte, solicito que se me ejecute contigo".
Se
dice que Dionisio se sintió tan conmovido por esta demostración de amor frente
a la muerte, que perdonó a Fintias y solicitó a los dos amigos que le
permitieran participar de su noble amistad.
Por
más admirable que sea esta demostración de amor, el amor de Cristo es
infinitamente mayor. En circunstancias que éramos pecadores, es decir, enemigos
de Dios, Cristo murió por nosotros. Tal amor desafía la imaginación. Sólo un
Dios que ama a sus criaturas podría hacerlo."
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