sábado, 28 de enero de 2012

Reflexion Sabado 28 de Enero


¡¡CUANDO SURGEN LAS OPORTUNIDADES!!
                                                
LEER JUAN 6:5-14

Alguna vez Dios te ha pedido algo tan pero tan extraño o tan imposible (según tu punto de vista) que le has preguntado a Dios: ¿Cómo piensas que voy a hacer eso? Felipe el discípulo de Jesús fue una de esas personas. Moisés fue otra de esas personas que en una ocasión también se preguntó si podía alimentar a más de un millón de personas. El problema es que hacemos la pregunta equivocada y lo vemos desde nuestro punto de vista terrenal, pero nuestra vista se queda corta cuando del poder de Dios se trata.

Yo no sé ustedes pero si me pongo en el lugar de Felipe y comienzo a pensar qué hubiera sentido yo, si El Maestro me preguntara lo mismo, mi reacción hubiera sido de asombro, nervios e incluso hasta incredulidad. Pero la Biblia nos narra que Jesús sabía ya lo que iba a pasar, Jesús no estaba interesado en que Felipe le contestara como iban a conseguir la comida, ni le interesaba la cantidad de dinero ni de personas, porque Jesús ya miraba el milagro realizado, Jesús ya sabía lo que iba a pasar. Y lo más interesante es que aún así, le hizo la pregunta a Felipe. 

Por lo que podemos ver cuando Jesús le pregunto a Felipe: ¿Cómo te propones a alimentar esta multitud?  Felipe ya tenía lista en su mente la cantidad de personas que estaban en ese lugar y la cantidad de dinero con que contaban. Incluso podría pensar que cuando el miraba a la multitud que comenzaba a llegar y se iba haciendo de noche y se acercaba la hora de cenar él ya iba sacando cuentas de la cantidad de comida que necesitarían para alimentar a tanta gente que ya estaba ahí. Comer en aquellos días no era cosa fácil. Y a pesar de tener doscientos denarios que era una buena cantidad de dinero, no era suficiente. Felipe en lugar de pensar que era una oportunidad grandiosa para ver un milagro de parte de Jesús, Felipe solo vio lo material, y a pesar de haber visto, antes de esa ocasión, a Jesús hacer muchos otros milagros no creyó en esa oportunidad tan impresionante que se le presentaba a Jesús de enseñar y predicar a esa gran multitud. Y cuando Jesús probó su fe respondió con cierta incredulidad: No se puede hacer.  La realidad de no poder hacerlo, opacó su fe, no había reparado en el poder sobrenatural de Jesús. Pero Felipe aprendería su lección.

 Al ver la inseguridad de Felipe, Andrés hace exactamente todo lo contrario, o por lo menos un rayo de esperanza brillaba en él. Al mirar a un niño que solo tenía cinco panes y dos peces, y llevarlo donde Jesús. A pesar de sus dudas se mira un poco de fe de parte de Andrés.  A pesar de ser tan poco lo que el niño tenía para dar, Andrés si sabía que el que estaba junto a él podía hacer el milagro. Pocos minutos después esa fe fue recompensada. Jesús no miró la cantidad. Ahora me pregunto: ¿Qué habrá pensado el niño cuando regaló sus panes y sus peces? Tal vez esa era su cena, tal vez era todo lo que tenía pero aun así lo dio. Al final de este pequeño relato encontramos que Felipe aprendió una gran lección, pudo ver con sus propios ojos el poder sobrenatural de la fe.

Todos sabemos cómo termina la historia, pero ¿estamos realmente conscientes que puede tener el mismo final en nuestra vida? ¿Has pensado que eso puede pasar en tu vida también? Porque al igual que Felipe aprendió una hermosa enseñanza. Nosotros podemos aprender también que Dios nos brinda y nos da oportunidades para dar de lo que Él nos ha dado. Cinco panes de cebada y dos peces no eran nada para aquella gran multitud, al igual que nuestra vida es tan insignificante en comparación a su sacrificio en la cruz. Pero a pesar de ello Dios puede hacer un milagro sorprendente de algo tan poco. Dios no mira la cantidad, mira la calidad de fe y sinceridad con que se lo das. Aun cuando damos algo tan pequeño. Dios lo convierte en algo sorprendente. Porque nada por muy pequeño que sea es insignificante en las manos de Dios. Tu vida en las manos de Dios nunca va a ser insignificante. 

Dios te da la oportunidad de disfrutar milagros impresionantes, de vivir momentos increíbles y de realizar cosas que son sobrenaturales, pero que harás cuando Jesús te pregunte: ¿Crees que yo lo puedo hacer? ¿Tú respuesta será como la de Felipe? ¿Responderás como Andrés? ¿Darás todo lo que tienes, todos tus panes y peces?
Cuando Dios te pide hacer algo tan grande que con tus manos no puedes hacer, no te olvides que Dios ya ve el milagro realizado, y recuerda cual debe ser tu respuesta: Creo que para Ti Dios no hay nada imposible. 

Todo empieza con no creer que algo es imposible aunque nuestros ojos lo vean así, sino que tenemos que mirar esas cosas imposibles, como oportunidades que Dios nos da para poder ver un destello de su poder, y mirarlas como oportunidades en las cuales el nombre de Dios sea glorificado, y al final veremos como Dios hace la obra perfecta. Felipe, Andrés, y Moisés lo vieron, ¿crees que tú también puedes verlo? Cree y aprovecha esa oportunidad. Jesús te la está dando. Reflexion Sabado 28 de Enero

No hay comentarios:

Publicar un comentario