martes, 24 de enero de 2012

Reflexión martes 24 de Enero del 2012


LO MAS IMPORTANTE…
                                                                                                   LEER I REYES CAPITULOS 05 AL 07
Y vino palabra de Jehová a Salomón, diciendo:
Con relación a esta casa que tú edificas, si anduvieres en mis estatutos e hicieres mis decretos, y guardares todos mis mandamientos andando en ellos, yo cumpliré contigo mi palabra que hablé a David tu padre; y habitaré en ella en medio de los hijos de Israel, y no dejaré a mi pueblo Israel.
                                                                                                       I REYES 6:11-13

    Los primeros capítulos de primera de Reyes, narran la historia de David dejándole finalmente el trono a su hijo Salomón y como este es encomendado por Dios para construir el templo, la casa de Dios y si leemos los capítulos con detenimiento, nos daremos cuenta lo especifico que fue Dios a la hora de diseñar y construir su casa, se uso la mejor madera, piedras preciosas carísimas y valiosísimas, se hicieron trabajaos artísticos espectaculares y todo porque ese templo iba a representar el lugar de adoración de toda una nación.
Ahora en medio de todo este algarabío y alegría por el templo y por todos los recursos que Dios proveía y que realmente el lugar seria una belleza, Dios fue claro con Salomón y le dijo, guarda mis mandamientos para que yo habite en ella, sino será solo un templo muy hermoso, pero sin mi presencia, todo será pura apariencia.
¿Cuántas veces nosotros nos esmeramos en arreglar nuestro exterior? En parecer cristianos, en levantar las manos en el momento oportuno, en cuidar lo que decimos en frente de ciertas personas, en aparentar, pero nuestro interior que es el templo del Dios viviente, está sucio y lejos de sus mandamientos, Dios no quiere un templo que se ve bonito, El quiere que le des lo sucio, se lo entregues y que lo dejes limpiarlo, El nos quiere cerca, con El, lo más importante no es la apariencia del templo, lo más importante es que Dios viva, habite, brille en el, entonces la pregunta seria ¿Quién habita tu templo?

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