LA CASA Y
SU GLORIA
LEER EZEQUIEL 43:1-5
5 Y me alzó el Espíritu y me llevó al atrio interior; y he aquí que la
gloria de Jehová llenó la casa.
(Ezequiel 43:5)
Es impresionante lo que vivió Ezequiel. Era un profeta y Dios
le permitió ver una visión espectacular. Fue llevado al templo (la casa) a la
puerta oriental y desde ahí vio la gloria de Dios, que venía del oriente. Sólo
puedo imaginarme la escena: “y su sonido era como el sonido de muchas aguas, y
la tierra resplandecía a causa de su gloria”.
En primer lugar no era algo callado, era todo un estruendo
como de muchas aguas. ¿Alguna vez has estado en medio de una gran tormenta?
Muchas veces parece que eso no se va a detener, que cada vez crece más y algunos
hasta se asustan. Pero en segundo lugar no sólo se oyó, sino también se vio.
Cuando Ezequiel mira y se fija, se da cuenta que hasta la tierra resplandecía.
Ahora haciendo una revisión, ¿qué color es la tierra? En la mayoría de casos es
oscura y se ve sucia, no puede reflejar
nada. Pero a medida se acercaba la gloria de Dios esa tierra oscura y sucia
empezó a resplandecer. Empezó a mostrar la gloria de Dios y a brillar. Porque nada
se opone a la gloria de Dios, es demasiado potente y brillante que nada puede
contrarrestarle.
Pero aún eso no es lo más impresionante…
Dios escogió una morada terrenal en los tiempos del antiguo
testamento –el templo. Ahí permanecía la presencia de Dios, pero por los
pecados y rebeliones de Israel el templo había sido destruido y como no había
templo, no había presencia. Pero el profeta Ezequiel no es más que un mensajero
y lo que él está viendo es realmente lo que Dios está diciendo: habrá un nuevo
templo y mi gloria llenará ese templo. Unos siglos después de todo esto vino Jesús
a la tierra y cuando él murió cargando nuestros pecados el velo del templo que habían reconstruido se
rasgó. ¿Qué pasó con la gloria de Dios? ¿Qué pasó con la morada terrenal de
Dios?
Ahora viene lo realmente impresionante…
16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de
Dios y los ídolos? Porque vosotros sois
el templo del Dios viviente, como
Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo. (2 Corintios 6:16)
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo. (2 Corintios 6:16)
Ahora la gloria de Dios no
estaba destinada para una construcción. Ahora la gloria de Dios es para su
nuevo templo: cada uno de sus hijos. Y esa casa ya no es de madera de acacia o
de piedras preciosas como lo era en la antigüedad, esa casa ahora es de carne y
hueso y tiene muchas imperfecciones también. Pero la muerte y resurrección de
Jesús aparte de salvarnos nos dio la oportunidad de ser llenos de la gloria de
Dios a pesar de nuestras imperfecciones. ¿Por qué no le pides que su gloria te
llene? Él quiere hacerlo.
Aprovecha este momento
para orar y decirle a Él de corazón: Padre, llena esta casa con tu gloria. ¡Exáltate Señor!
Creo que deberíamos empezar a estudiar las dimensiones verdaderas del tercer templo, dejando atrás el templo Herodiano o el de Salomón que fueron destruídos y no existen más. Aqui les pongo una imagen del Templo según el profeta Ezequiel que he realizado luego de hacer un profundo estudio de la Biblia y sobre todo de este profeta. Saludos cordiales Arch. Sonia Hidalgo
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