viernes, 8 de noviembre de 2013

Reflexión viernes 8 de noviembre de 2013


¡No robarás!

Esta semana estuve escuchando un mensaje acerca de la integridad y de no robar. Decía que hay personas que roban como un impulso, o algo patológico. Pero también están los otros que roban “por necesidad”. Es igual  de malo, el punto es que creo que la mayoría en algún momento de nuestras vidas hemos robado algo, aunque sea pequeño. Pero el pastor siguió hablando y luego empezó a describir formas más sutiles de robo que podemos hacer seguido. Una es cuando trabajamos y nos pagan por trabajar ocho horas, pero tal vez solamente trabajamos seis porque las otras dos estuvimos perdiendo el tiempo. Otra forma de robo es cuando una persona no le da a su esposo o esposa el afecto y amor que se comprometió a dar desde el  momento que dijo “sí”, aunque esto también se  aplica a hijos que no obedecen a sus padres, etc. Pero al final escuché una forma de robo que absolutamente todos hemos sido culpables: cuando no le rendimos nuestra vida a Dios.

Primero, Él nos creó, nos formó, nos conoce a detalle aun cuantos cabellos hay en nuestra cabeza, conoce nuestros deseos, nuestros anhelos, nuestras maldades, como nuestros momentos de sacrificio y amor. Segundo Él nos compró, le pertenecemos completamente a Él, envió a Jesús a cargar con NUESTRA culpa; por tanto cada acción, cada pensamiento, cada palabra debe girar alrededor de Él. Incluso si estamos jugando un videojuego o yendo de  compras, en eso tenemos que darle gloria. ¡Somos suyos!

Pero esto es la teoría. La práctica cuesta muchísimo:

Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa no existe nada bueno. Quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo. Quiero hacer lo que es bueno, pero no lo hago. No quiero hacer lo que está mal, pero igual lo hago. (Romanos 7: 18-19)

Llego cansado a mi casa, con derecho a relajarme, pero no he leído la Biblia… Tengo una lectura de tarea para hacer un reporte pero he estado ocupado o ya días no veo a mis primos; mejor bajo un resumen de internet…  O mi papá siempre está viendo tele y hasta tiene más tiempo que yo, pero me manda a lavar el garaje, ¡qué cólera!. Ni hablemos de dar a los pobres, orar por los enfermos y predicar el evangelio…

¡Pero gracias a Dios tenemos ayuda!

Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor. Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada. Hagan todo sin quejarse y sin discutir, para que nadie pueda criticarlos. Lleven una vida limpia e inocente como corresponde a hijos de Dios y brillen como luces radiantes en un mundo lleno de gente perversa y corrupta. Aférrense a la palabra de vida. (Filipenses 2: 12b -16ª, énfasis añadido)

Dios hace más de lo que nosotros podemos hacer. Nos manda a intentarlo, a no quejarnos y a aferrarnos de la Biblia, pero Él es el que da el deseo y el poder. Así no vamos a ser culpables de robo, sino más bien seremos reconocidos como siervos fieles por haber aprovechado nuestras vidas para hacer la voluntad de Dios. Aferrate de la Palabra y cada día seguilo intentando. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario