Hace poco me vi en el medio de un “incidente”
entre dos personas que amo. Para no hacerles largo el cuento, el resultado de
tal incidente se resume en lo siguiente: una persona necesita pedir perdón y la
otra necesita perdonar. Con esto en mente me pregunto, ¿qué es más difícil,
perdonar o pedir perdón?
Analicemos la situación desde ambas
perspectivas…
Para la persona
que necesita pedir perdón el reto está en poder adoptar una postura de
humildad, dejar de lado el orgullo, hablar con sinceridad y reconocer que
cometió un error. Para que el acto de pedir perdón sea exitoso se requiere más
que un simple “lo siento”, es importante que se haga mención de porqué se está
pidiendo perdón (perdóname por hacer esto y lo otro, perdón por hacerte sentir
de tal o cual manera). Tomar responsabilidad por nuestras acciones no es tarea fácil.
Es evidente que pedir perdón es
bastante difícil. Pero veamos que conlleva para el que necesita perdonar.
El desafío para la persona que necesita perdonar está en despojarse del resentimiento,
enojo o cualquier sentimiento negativo causado por la ofensa en su contra.
Muchos tienen la noción equivocada de que perdonar equivale a olvidar. No se
trata de olvidar lo ocurrido, si no de decidir conscientemente no volver a “pasar
factura” en el futuro por la falta cometida en el pasado.
Esta decisión de perdonar es necesaria aún
cuando la persona que nos agravió no toma la iniciativa de pedir perdón, ya sea
porque simplemente no quiere hacerlo o porque ya no está presente para hacerlo.
No perdonamos para hacerle un favor a esa persona, lo hacemos por nuestro
propio bienestar. A lo mejor haz escuchado esta famosa frase:
Perdonar es liberar a un prisionero, y
descubrir que el prisionero eras tú. (Lewis B. Smedes)
Creo que es seguro
concluir que tanto perdonar como pedir perdón son acciones difíciles y ninguna
es más fácil que la otra. ¡Gracias a Dios que contamos con su Espíritu Santo
para nuestra ayuda!
Para concluir
mencionaré dos de las razones por las que debemos perdonar y pedir perdón:
1. Porque es
un mandato, lo hacemos en obediencia a Dios.
Si perdonas a los que pecan contra ti, tu
Padre celestial te perdonará a ti; pero si te niegas a perdonar a los
demás, tu Padre no perdonará tus pecados. Mateo 6:14
Luego Pedro se le acercó y preguntó:
—Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien
que peca contra mí? ¿Siete veces?
—No siete
veces —respondió Jesús—, sino setenta veces siete. Mateo 18:21-22
2. Para que
nada se interponga entre Dios y nosotros
Cuando estén orando, primero perdonen a todo
aquel contra quien guarden rencor, para que su Padre que está en el cielo
también les perdone a ustedes sus pecados. Mateo 11:25
Por lo tanto, si presentas una ofrenda en el
altar del templo y de pronto recuerdas que alguien tiene algo contra ti, deja
la ofrenda allí en el altar. Anda y reconcíliate con esa persona. Luego ven y
presenta tu ofrenda a Dios. Mateo 5:23-24
Y tú,
¿necesitas pedir perdón a alguien? ¿Necesitas perdonar por algo hecho en tu
contra? No dejes que nada ni nadie se interponga entre tú y Dios. ¡Decide
obedecer hoy!
No hay comentarios:
Publicar un comentario