jueves, 27 de octubre de 2011

De la Armadura – Verdaderamente Libres


Lectura: Juan 8, Romanos 8

En Efesios 6 Pablo les pide a los cristianos de la iglesia en Éfeso que se amarren con el cinturón de la Verdad. Los soldados de la antigua Roma utilizaban un cinto que cumplía dos funciones uno darles libertad de movimiento y otro es proveer un lugar donde colocar su espada.

Esta es una comparación muy interesante. Jesús  les dijo a los judíos de aquel tiempo que conocerían la verdad y que sería la verdad la que los haría libres. Si lees todo el pasaje podrás notar algunas cosas interesantes sobre la verdad.

En primer lugar la verdad te permite abrir los ojos a lo que no agrada a Dios – es decir al pecado. Los que habían llevado a la mujer adúltera ante Jesús se creían más justos que Jesús mismo v. 5. A los que habían empezado a decir que creían en Jesús creían que eran libres (y eso que estaban bajo el mandato de Roma y más aún del pecado v. 34).

Cuando te expones a la verdad y decides aceptarla, tus ojos se abrirán y podrás ver tu condición de pecador. Muchas veces dejamos pasar cosas en nuestra vida porque no se ven tan malas, o creemos que quizás a Dios no le importa. Eso es auto engañarnos. Solo cuando descubrimos la verdad veremos que somos esclavos del pecado.

Pero la historia no termina allí. Una vez que abres tus ojos a la verdad verás que ser esclavo del pecado no es tu única opción, Jesús mismo les indicó que con su muerte al ser “levantado” como lo fue en una cruz, rompería la esclavitud del pecado v. 28. Ya no tienes que seguir siendo esclavo, si el hijo te liberta serás verdaderamente libre v. 36. Sino miren a la pobre mujer arrastrada ante Jesús. Él le dijo: “ni yo te condeno, vete y no peques más” v.10 y Romanos 8:1. Toda una vida de pecado restaurada con esta frase.

El diablo intentará de todas las maneras posibles de alejarte de esta verdad. Te convencerá de pecar y luego te empezará a acusar de cuan sucio eres, cuan indigno eres de merecer el perdón y amor del Señor, como nunca por más que lo intentes podrás salir de ese pecado con el que estás lidiando, como estás marcado de por vida. Sin embargo, recuerden – él es padre de mentiras y nada de lo que diga le debemos prestar atención. Su palabra que es Verdad, es lo que te hace libre.

Es en ese momento cuando el Cinto de Verdad, al igual que el cinto romano permitía guardar la espada, te permitirá apropiarte de las Promesas encontradas en la Espada del Espíritu que es la Palabra de Dios.

Tu momento de decisión llegó, ¿qué escogerás? Elegirás creerle a Dios  a sus promesas, al hecho que él te Ama tanto como para morir por ti, que Nada en el Mundo podría apartarte de su Amor (Romandos 8:35) elegirás la verdad o le creerás a las mentiras del diablo.



Anota en tu diario lo siguiente:
  1. Que cosas habías estado creyendo que no eran pecado y Dios te ha mostrado que si lo son.
  2. Que mentiras el Diablo te ha estado diciendo para hacerte sentir que aún eres esclavo del pecado.
  3. Que promesas encuentras en su Palabra que necesitas pegártelas a tu cinturón y apropiarte de ellas.


Les comparto el video de una canción “algo viejita” en inglés pero que narra la historia de como un preso encuentra su libertad en Cristo. 




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