Leer: Hebreos 10:1-25, y Hebreos 11
En la Antigua Roma, una de las
formaciones militares que utilizaban para el combate era la Formación
Tortuga (puedes leer más en este link: http://es.wikipedia.org/wiki/Tortuga_(formación)).
Esta forma de marchar consistía en que los soldados se cubrían con sus
escudos solapándolos a modo de caparazón, de allí el nombre, mientas que
la primera fila de hombres protegía el frente de la formación con los
suyos levantándolos hasta el centro de su cara.
En Efesios 6, la fe
es comparada con un escudo que apaga las flechas encendidas lanzadas
por el diablo. Si hay un capítulo que hable sobre fe es Hebreos 11
conocido como el salón de la fama de la fe. Sin embargo, algo me llama
la atención – la mayoría de los héroes mencionados actuaron solos, o al
menos al inicio, les tocó ser los primeros en ejercer la fe (Noé,
Abraham, Moisés, Josue). Ellos recibieron una promesa de Dios, y les
toco dar el primer paso. Luego se les fueron uniendo más personas como
sus familias, sus hijos, su pueblo o sus soldados. Cuanta fortaleza
debieron haber recibido al ya contar con este apoyo adicional
Muchas
veces en nuestro caminar cristiano nos toca ser los primeros y a veces
sentimos como que somos los únicos que estamos en los caminos de Dios.
Pero si abrimos bien los ojos veremos que hay más soldados al igual
nuestro aferrándose al escudo de la fe para defenderse. Si nos acercamos
podemos compartir nuestra fe para protegernos unos a otros.
El
capítulo anterior a Hebreos 11 el autor da una excelente consejo para
nuestro andar “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra
esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros
para estimularnos al amor y a las buenas obras;” versos 23-25
EN TU CUADERNO escribe los nombres de tres personas a los que te acercarás para
preguntarles cómo puedes ayudarles a fortalecer su fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario