La verdadera religión
Santiago 1:27 dice “La religión pura y
verdadera a los ojos de Dios Padre consiste en ocuparse de los huérfanos y de
las viudas en sus aflicciones, y no dejar que el mundo te corrompa.”
Esta semana he estado pensando en cómo
nosotros los cristianos tenemos nuestra propia cultura. Es interesante porque tenemos
nuestro propio lenguaje que a todo el mundo llamamos “hermano” y siempre
decimos “amen”. Nos comportamos de cierta forma, rara vez estamos “mal” y para
todas las celebraciones intercambiamos el baile y el chondengue por una variedad de alimentos… en abundancia. Tal vez lo
estoy sobre exagerando y quiero aclarar que no estoy en contra de esas cosas.
Lo que quiero decir, es que nuestra fe se trata de más que esto.
Jesús nos dio el ejemplo perfecto a lo
largo de su ministerio. Y te pido que te tomes el tiempo de leer Marcos capítulo
2 para que lo veas de cerca, porque el ministerio de Jesús se trató de las personas.
En Marcos 2 hay varias cosas específicas donde vemos a Jesús mucho más
interesado en la personas que en las tradiciones o ideas de lo que significaba
la religión. 1) Aun cuando traía mala fama a su ministerio. Vemos a Jesús
llamando a Leví quien tenía una de las peores profesiones de la época y no le
basto ahí, porque después vemos a Jesús cenando con la peor “escoria de la
sociedad”. Cuando el Maestro fue cuestionado contestó que cenó con ellos porque
había venido por los “enfermos” y no por los “sanos”.
Cristo cuidaba de las personas 2)Aun
cuando esto significara ser controversial. Cuando los discípulos tuvieron
hambre se les permitió recoger espigas aunque era sábado y no era permitido
trabajar en sábado. Pero ellos tenían hambre y si no recogían iban a estar
sufriendo porque tampoco tenían quien les regalara comida así nomás. Jesús fue
criticado por esto pero el procedió a enseñar que el mandamiento del sábado era
precisamente para cuidar del bienestar del hombre y ellos necesitaban comer en
ese momento.
Cristo perdonó a las personas 3)Aun cuando esto enfureciera a los
religiosos. Cuando le llevaron un paralítico, Jesús no sólo lo sanó sino que
también le perdonó los pecados. Los fariseos se revolvieron diciendo que esto
sólo podía hacer Dios… qué triste, lo tenían enfrente y no lo reconocieron.
A Jesús no le importó ser
controversial, ser criticado y ser acusado hasta el punto de ir a la muerte,
con tal de siempre amar a las personas. Fue por amor por vos y por mi que fue a
la cruz. Pero ahora estamos nosotros, los discípulos, los seguidores, los
cristianos. Y somos llamados a ser como Jesús, es tiempo de enfocarnos igual
que Jesús: en las personas. Esta es la religión pura y verdadera.