miércoles, 12 de febrero de 2014

Buena Tierra - 12 de febrero 2014

Buena tierra

Personalmente no soy fan de la agricultura, pero tengo grabada en mi memoria las historias de como en Honduras hacían mal los agricultores de antes al quemar un campo para poder sembrarlo. Si, se ahorraban tiempo y costo en vez de “chapear” pero dañaban la tierra que es la clave para una buena cosecha. No importa cuánta agua, que tan bien haya sol y sombra para la fotosíntesis, aunque eso importa, lo esencial es la tierra. Lo mismo nos enseñó Jesús:

Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; 4y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. 5Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. 6Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. 8Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. (Marcos 4:3-8)

La explicación la da el mismo pasaje, aquí la resumo:

  • Junto al camino y aves = oyen la palabra pero Satanás la arrebata (no la entienden)
  • Pedregales = reciben con gozo, pero al venir los problemas o persecución por la Palabra, tropiezan
  • Entre espinos = reciben la Palabra pero las riquezas, afanes, preocupaciones ahogan el efecto
  • Buena tierra = reciben la Palabra, entienden y ponen en práctica de modo que da fruto

Tal vez ya has escuchado esta historia en más de una ocasión, pero yo quería recordarla hoy porque tuve la experiencia de verla hecha realidad y quiero contarles. El sábado pasado estuve hablando en una reunión acerca de la importancia de predicar el evangelio poniendo como ejemplo la vida de Pedro. El punto central era que no tenemos que esperar un estudio teológico, un llamado ostentoso o una vida perfecta (aunque si tenemos que esforzarnos por andar en santidad) para empezar a predicar. Dios nos hizo ese llamado a todos. Sábado en la noche, varios escucharon el mensaje (me incluyo), pero hubo uno en particular que RECIBIO la Palabra con gozo, la ENTENDIO y al siguiente dia, la APLICO.

Se deicidió que el llamado realmente es para todos y en una clase de inglés que él es maestro, les hablo del evangelio a personas de distintas creencias religiosas. Al final habían 25 personas orando y entregando sus vidas a Dios. Ese es uno que dio fruto a 25! No tiene nada de especial, la Palabra es la misma de siempre, las habilidades y oportunidades van y vienen; la diferencia la hacemos nosotros si decidimos ser BUENA TIERRA. ¿En cuántas predicas has estado? ¿Cuántos mensajes te han tocado? ¿Cuántos estudios, libros, reflexiones? La mayoría de veces no somos buena tierra, sino ya estarían vacíos los hospitales y llenas las iglesias. Decidí hoy ser buena tierra y la próxima vez que leas/oigas/veas dramatizada (o ilustrada) la Biblia, ponela en práctica. 

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