Buena tierra
Personalmente no soy fan de la agricultura, pero tengo
grabada en mi memoria las historias de como en Honduras hacían mal los
agricultores de antes al quemar un campo para poder sembrarlo. Si, se ahorraban
tiempo y costo en vez de “chapear” pero dañaban la tierra que es la clave para
una buena cosecha. No importa cuánta agua, que tan bien haya sol y sombra para
la fotosíntesis, aunque eso importa, lo esencial es la tierra. Lo mismo nos enseñó
Jesús:
Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; 4y
al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves
del cielo y la comieron. 5Otra parte cayó en pedregales, donde no
tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. 6Pero
salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7Otra
parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio
fruto. 8Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues
brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. (Marcos
4:3-8)
La explicación la da el mismo pasaje, aquí la resumo:
- Junto al camino y aves = oyen la palabra pero Satanás la arrebata (no la entienden)
- Pedregales = reciben con gozo, pero al venir los problemas o persecución por la Palabra, tropiezan
- Entre espinos = reciben la Palabra pero las riquezas, afanes, preocupaciones ahogan el efecto
- Buena tierra = reciben la Palabra, entienden y ponen en práctica de modo que da fruto
Tal vez ya has escuchado esta historia en más de una
ocasión, pero yo quería recordarla hoy porque tuve la experiencia de verla hecha
realidad y quiero contarles. El sábado pasado estuve hablando en una reunión
acerca de la importancia de predicar el evangelio poniendo como ejemplo la vida
de Pedro. El punto central era que no tenemos que esperar un estudio teológico,
un llamado ostentoso o una vida perfecta (aunque si tenemos que esforzarnos por
andar en santidad) para empezar a predicar. Dios nos hizo ese llamado a todos.
Sábado en la noche, varios escucharon el mensaje (me incluyo), pero hubo uno en
particular que RECIBIO la Palabra con gozo, la ENTENDIO y al siguiente dia, la
APLICO.
Se deicidió que el llamado realmente es para todos y en
una clase de inglés que él es maestro, les hablo del evangelio a personas de
distintas creencias religiosas. Al final habían 25 personas orando y entregando
sus vidas a Dios. Ese es uno que dio fruto a 25! No tiene nada de especial, la
Palabra es la misma de siempre, las habilidades y oportunidades van y vienen;
la diferencia la hacemos nosotros si decidimos ser BUENA TIERRA. ¿En cuántas
predicas has estado? ¿Cuántos mensajes te han tocado? ¿Cuántos estudios,
libros, reflexiones? La mayoría de veces no somos buena tierra, sino ya estarían
vacíos los hospitales y llenas las iglesias. Decidí hoy ser buena tierra y la
próxima vez que leas/oigas/veas dramatizada (o ilustrada) la Biblia, ponela en
práctica.
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